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Testimonio

El parado de Bauzá ya ha encontrado trabajo

Manuel García, que sirvió de imagen al PP en 2011, hace siete meses que es empleado de la recogida de basuras de Llucmajor

Manuel García y su esposa Natalia, en su casa, tomando café con Bauzá y el alcalde Jaume. Lorenzo

Corría el mes de mayo de 2011, a escasas semanas de las elecciones municipales y autonómicas. José Ramón Bauzá se fue a casa de Manuel García a tomar un café. Hacía más de un año que este vecino de Llucmajor estaba sin trabajo y la visita de Bauzá a su domicilio le llenó de esperanza de conseguir un sueldo. El PP utilizó la imagen de García y Bauzá para formular una de las grandes promesas electorales: combatir el desempleo.

Hasta hace 7 meses, el parado de Bauzá ha estado sin una nómina con la que alimentar a su familia. García ya había perdido las esperanzas de que su activa participación en la campaña de los populares diera sus frutos. No obstante, sin desfallecer y "presentando muchos currículos", Manuel fue contratado por la empresa de recogida de basuras de Llucmajor. Él asegura que el president no ha tenido nada que ver con que le dieran el empleo. Eso sí, reconoce que habló con Bauzá hace unos meses.

Invitado a la toma de posesión

A 60 días de las elecciones y a punto de cumplirse cuatro años del café de Manuel con Bauzá, con la finalidad de captar votos entre los parados, hubiera sido una muy mala imagen para el PP que su parado emblema siguiera sin empleo después de utilizarlo para la campaña de 2011.

La connivencia del president con su parado fue tal que el inquilino del Consolat lo invitó a su toma de posesión. Las crónicas de aquella jornada de investidura presidencial en la Llonja hablaban de invitados ilustres como los Barceló y los Escarrer. Justo después venían los García. Manuel y su familia aceptaron la invitación e incluso se fotografiaron con José Ramón Bauzá en los jardines.

Meses antes, la comitiva electoral del PP, con Bauzá y el alcalde Joan Jaume a la cabeza, tomaron la tranquila calle Ramon Llull de Llucmajor. Numerosas cámaras de televisión y periodistas alarmaron a los vecinos. Se dirigían al número 23. Allí Manuel García y su mujer Natalia esperaban al candidato popular. Se sentaron a la mesa camilla con el presidenciable y degustaron un café en la sencilla vivienda de los García Expósito. Bauzá le dijo que su primera misión, nada más llegar al Consolat, sería acabar con el paro y ayudar a personas como él que llevaban muchos meses sin empleo. El parado afirmó a los periodistas: "Bauzá es como yo".

Sin embargo, pasaron los días y Manuel no tenía noticias de nadie del PP. Fue a reclamar y le dieron un empleo de varios meses en el ayuntamiento a través del SOIB. No obstante, aquelló duró poco y volvió a engrosar las listas del paro.

En 2012, muy enfadado

Pasó un año del café con Bauzá, y Manuel García Expósito seguía sin trabajo. Nadie del Govern ni tampoco del ayuntamiento de Llucmajor se había puesto en contacto con él para ayudarle. Por aquellas fechas no escondía su enfado. Estaba a punto de ser desahuciado, toda la familia tenía que vivir con 425 euros y después de prestar su imagen a la campaña del PP nadie le estaba ayudando. Manuel se pateaba el municipio obra a obra, pero eran tiempos muy difíciles. Aseguró que en varias ocasiones estuvo a punto de escribir una carta a Bauzá para contarle su situación y hacerle saber que se sentía "utilizado" por el PP. Al final no escribió la misiva y decidió esperar.

Mientras tanto, la activa participación de Manuel y su familia en la campaña de José Ramón Bauzá, al haber abierto su casa a la prensa, le empezó a pasar factura social. Muchos vecinos y amigos le decían que era un enchufado, pero nadie del PP quería saber nada de él y tampoco se preocupaban por su situación. Después de tomarse el café, Manuel García ya no existía para los populares.

Hoy las cosas han cambiado. Desde octubre del año pasado Manuel trabaja con un contrato a jornada completa en la concesionaria de la recogida de basuras del municipio de Llucmajor. Realiza el turno de mañana y está muy contento de su nueva situación laboral.

Hace unos días reconoció a este periódico que en el mes de diciembre, poco tiempo después de empezar a trabajar, tuvo la oportunidad de dialogar un buen rato con José Ramón Bauzá. El president se interesó por su situación y por cómo le iban las cosas en su nuevo empleo: "Bauzá es mi amigo, y si durante la campaña electoral quiere volver a venir a tomar café a mi casa, él sabe que tiene las puertas abiertas", aseveró.

Manuel García Expósito es un hombre que ha tenido que trabajar muy duro para poder sacar a su familia adelante como oficial de albañilería. Para ello, no ha dudado en cambiar de residencia en varias ocasiones. Entre los municipios donde vivió figura Marratxí, y allí conoció a Bauzá. Explica que en Llucmajor es donde más le ha gustado vivir. Relata que en una ocasión que se cambió de casa realizó toda la mudanza de sus enseres de un pueblo a otro con su moto. Es una muestra de la dura vida de Manuel.

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