El exconseller de Turismo e ingeniero de caminos, canales y puertos de profesión, José María González Ortea, falleció ayer en Palma, a causa de una enfermedad, a los 68 años.

González Ortea nació en Gijón (Asturias) en 1946 y durante toda su vida hizo gala de político liberal. Su nuera, la periodista Anna Murillo, recuerda que a Ortea le conocían como "La Galerna del Cantábrico" por su ardor en defender sus posturas y llevar adelante sus propósitos y su origen asturiano.

González Ortea fue, en la década de 1983 a 1993, jefe de las carreteras de Balears, adscrito a la conselleria de Obras Públicas.

El fallecido se inició en la política en el Partido Liberal, del que fue presidente en Balears. Siempre hizo gala de esa ideología y de las bondades que había generado para la sociedad.

González Ortea fue diputado del Parlament a lo largo de varias legislaturas entre 1987 y 2003 y también conseller del Consell de Mallorca. En esa etapa demostró ser un experto en temas de infraestructuras y ordenación del territorio, así como un buen conocedor del sector turístico.

Entre junio de 1996 y julio de 1999 ocupó el cargo de conseller de Turismo, una cartera capital en el Govern balear y donde demostró un gran amor por su tierra de adopción.

Tras su retirada de la primera línea política, el exconseller pasó a ocupar cargos de gestión en importantes departamentos y entidades. Así fue presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar entre noviembre del 2002 y mayo del 2004. Después pasó a gestionar el Fogaiba (Fondo de Garantía Agraria y Pesquera de las Balears), entre junio del 2005 y julio del 2007.

Los funerales por el eterno descanso del político conservador serán mañana viernes, a las 19 de la tarde, en la iglesia de San Miguel de Palma.

El Govern y la clase política de Balears expresaron ayer su dolor por la pérdida del veterano político.

El president del Ejecutivo, José Ramón Bauzá, quiso transmitir, en una nota oficial, su "pésame más sincero" a la familia de José María González Ortea, del que recordó su papel capital como impulsor de la Ley General Turística de 1999. El Govern también elogió el talante humano de Ortea, que siempre fue estimado por todos los que le conocieron.