En medio de la "tristeza y preocupación" por los casos de presunta pederastia cometidos por sacerdotes en la diócesis, el obispo Javier Salinas vuelve a expresar públicamente su "rechazo" a estos abusos e insta a los católicos a posicionarse junto a las víctimas: "Ante cualquier abuso a un menor, nosotros tenemos que estar al lado del menor que ha sufrido el abuso, y mantener una tolerancia cero con quien ha abusado". Es uno de los mensajes del prelado en una carta que ha remitido a todos los curas para que la lean en los púlpitos durante las misas del próximo fin de semana. Salinas es consciente de que su postura no suscita unanimidad entre el clero, y por eso solo ha "ofrecido" su misiva a los sacerdotes invitándoles a difundirla, sin ser una orden; es consciente de que algunos párrocos declinarán su petición.

Siguiendo a pies juntillas la línea marcada por el papa Francisco, al que cita expresamente, el obispo llama a la unidad en la "búsqueda de la verdad" de lo ocurrido en cada caso. En un tono radicalmente alejado de la homilía pronunciada el pasado domingo en Lluc por el superior de los 'coritos' en Mallorca, el padre Josep Amengual, el obispo sentencia: "Los cristianos sabemos que somos pecadores, pero no queremos ser corruptos. Y sería una corrupción inaceptable olvidarnos de aquellos que han sido víctimas de abusos".

"Necesitamos dejar que la luz que es Cristo ilumine las heridas. Así tendremos el coraje de estar al lado de la víctima y, al mismo tiempo, ofrecer ayuda a quienes, con su comportamiento, puedan haber cometido un acto injusto y rechazable", apostilla.

Las diversas acusaciones de abusos sexuales que afectan a sacerdotes de la diócesis "son unos hechos muy graves que nos afectan a todos como comunidad eclesial y que el Tribunal Eclesiástico de nuestra diócesis está investigando", recuerda.

"Todo abuso destruye la dignidad de los menores, y deja en ellos una herida que es fuente de sufrimiento. Un comportamiento, por desgracia, presente en nuestra sociedad, tal y como ponen de relieve los diversos procesos judiciales que conocemos por los medios de comunicación", afirma Javier Salinas. "En la medida en que los hechos que hemos conocido durante esta semana pasada pudieran ser probados, no hay duda de que estaríamos ante unos comportamientos que se alejan radicalmente de la misión propia de quien ha sido puesto como pastor que debe cuidar a aquellos que se le han confiado", reflexiona el prelado sobre las denuncias al prior de Lluc, Antoni Vallespir; al párroco de sa Pobla, Joan Pons, y al sacerdote jubilado Antoni Cano. "Hay que buscar la verdad, porque solo la verdad salva", emplaza el obispo.

Confianza como educadores

El obispo tacha de "hora difícil y de dolor" la situación en la que se halla la diócesis, y asegura que los presuntos abusos por parte de presbíteros "destruyen la confianza sobre la que se edifica nuestra vida como miembros de la Iglesia, y la relación educativa, especialmente con aquellos que están en proceso de crecimiento, los menores, los más sensibles y vulnerables", en alusión velada a la escolanía de Lluc.

Salinas también pide que "mientras los hechos denunciados no sean probados definitivamente, debemos esforzarnos por garantizar el derecho a la presunción de inocencia de aquellos que han sido acusados", de los que él mismo "da fe también de sus cualidades, esfuerzos y trayectoria personal". Concluye deseando, al estilo del Papa, que en lugar de perder la esperanza, los cristianos afronten todos estos escándalos como "desafíos para crecer".