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Educación

Entre 'mates' y ciencias... ajedrez

El socialista mallorquín Pablo Martín ha conseguido que todos los partidos del Congreso aprueben su proposición de introducir en los colegios el juego de estrategia

Matemáticas, Lengua, Educación Física... y Ajedrez. Suena raro, pero es probable que en un futuro no muy lejano el ajedrez como asignatura sea una realidad en los colegios españoles después de que el Congreso haya aprobado una proposición no de ley para instar al Gobierno a implantar el programa Ajedrez en la Escuela.

La propuesta, defendida con vehemencia por Pablo Martín, diputado mallorquín del PSOE, tiene muchos visos de salir adelante al haber logrado algo casi inédito en general y especialmente en materia educativa: el consenso de todas las fuerzas políticas. El pasado mes de febrero Martín expuso los beneficios del ajedrez y logró el apoyo unánime de políticos de todos los colores.

En este resultado jugó un papel muy importante un hecho casi primario, pero fundamental: la pasión. Y es que, además de los beneficios pedagógicos que pueda tener la práctica del ajedrez según distintos estudios, también ha jugado a favor de Martín el hecho de ser él mismo jugador y de que en prácticamente en todos los partidos políticos haya apasionados defensores de este juego milenario. Las cosas se venden mejor y se persiguen con más ahínco cuando se hacen desde la auténtica convicción, como también probó en su día el entonces miembro del Partido Popular, Antoni Ramis, gran entusiasta del tablero, que en 2004 consiguió organizar en Calvià la Olimpiada Mundial de Ajedrez, un evento de primera fila en el que participaron los mejores jugadores del mundo.

Martín aprendió con Juan Ramón Galiana, con el que mantiene una amistad y con el que hace tiempo que empezó a darle vueltas al tema de la dimensión pedagógica y social de este juego. Finalmente, su proposición se ha vertebrado en dos líneas: primero, el ajedrez educativo; y segundo, aún pendiente de debate, el ajedrez en el ámbito sociosanitario (en cárceles, centros de la tercera edad, de inmigrantes..). De momento y después de que el Parlamento Europeo instara hace tres años a los países miembros a hacer esta apuesta, el ajedrez escolar ya ha dado un paso importante en España.

El Congreso ha propuesto y el Gobierno es quien decidirá, pero Martín asegura que al ministerio de Educación no se le escapa la gran repercusión que ha tenido la aprobación del proyecto no de ley. La noticia redactada para El País por Leontxo García, cronista de referencia, se compartió 25.000 veces en Facebook y más de 3.000 veces en Twitter y se mantuvo como la pieza de Deportes más leída durante toda una semana, superando incluso a las crónicas de los partidos del Real Madrid y del Barça.

Ahora tocaría definir cómo se articularía la llegada del tablero a las escuelas: en qué ciclos arrancaría (todo apunta a que se empezaría por Primaria, dado que en esto como en casi todo "cuanto antes mejor", y que el horario de Secundaria ya está bastante cargado); si se introduce como asignatura obligatoria; quién daría las clases, qué formación se exigiría a este profesorado...

El diputado subraya que precisamente en su tierra de origen el programa podría ser especialmente beneficioso: "No olvidemos que Balears obtiene en PISA los peores resultados de España en competencia lectora y en matemáticas". Y es que justo en estas dos competencias, defiende Martín, el ajedrez ha demostrado obrar efectos positivos, así como en "capacidad memorística, estrategia..."

Los ajedrecistas de las islas (hay unas 800 personas federadas) han acogido esta propuesta no de ley con indisimulado entusiasmo. Enric Pozo es jugador, monitor y presidente de Cooperatives d'Ensenyament, así que se encuentra en una buena posición para valorar cómo llevar a las aulas los alfiles y los peones. Empieza defendiendo que el ajedrez "prepara para la vida adulta", al "estimular la creatividad, la toma de decisiones y la resolución de problemas" y dado que es un juego "no violento y en el que se aprende a ganar y a perder".

También considera que puede servir para que los niños interioricen contenidos de varias asignaturas. De Matemáticas a Ciencias Sociales: "Pueden enseñarse desde las coordenadas hasta geografía, partiendo de jugadas como la Apertura Española o la Defensa Siciliana, por ejemplo".

Todos los entrevistados se desviven en desgranar los beneficios de este deporte, ¿pero está la escuela preparada para echarse a la espalda otra genial idea más?

Pozo admite que es cierto que cada vez que se detecta un problema, se intenta implementar medias para solucionarlo en las escuelas, que ya hacen programas de educación vial, de hábitos saludables, de no violencia... Aún así, el monitor considera una buena idea implementar el ajedrez, aunque quizás se deba sopesar el hacerlo de una forma transversal y no encorsetándolo en una asignatura.

Los que practican ajedrez no dudan de lo que les aporta, pero cabe preguntarse si los efectos serán igual de buenos con chavales que no se apuntan voluntariamente y se encuentran que tienen que aprender técnicas y estrategias en el colegio de igual manera que han de aprender fórmulas matemáticas y gramática. En este sentido, Pozo sostiene que con este tema es "como con todo": depende de cómo se presente y articule.

Para él la clave es que el profesor logre motivar a los alumnos de una manera o de otra y no olvidar que el ajedrez es un juego y como tal debe plantearse para conseguir enganchar a los estudiantes.

En Mallorca ya hay algunas iniciativas que llevan el ajedrez a las escuelas y algunas dentro del horario lectivo, como las del programa Suma't a l'esport del Consell. Así lo explica Carles Vich, presidente de la Federación Balear, que ha detectado que si las sesiones se hacen durante el horario escolar la motivación de los niños es mayor que cuando la afrontan como actividad extraescolar. Como Pozo, defiende la necesidad de poner el acento en la parte lúdica y deportiva para tratar de involucrar a todos los alumnos.

Respecto al profesorado que asumiría esta nueva asignatura, Vich cree que sería necesario institucionalizar una formación reglada que incluya buenos conocimientos sobre este deporte, pero también bases pedagógicas. Propone una especialización como las que hacen ahora los estudiantes de magisterio.

Aparte de este programa del Consell, varios municipios llevan a cabo sus propias iniciativas. El ayuntamiento de Algaida, por ejemplo, se ha propuesto que sus habitantes sean los reyes del tablero y han puesto en marcha el proyecto Escas Socials, que contempla una alianza con la Asociación de Ajedrecistas de Balears para implementar un programa pedagógico entre los niños de entre seis y once años del colegio Pare Bartomeu Pou, que asistirán a sesiones de dos horas semanales. El consistorio ve también la dimensión social del asunto y cree que el plan servirá además para "entrenar a mejores ciudadanos en el reconocimiento y la adquisición de valores éticos".

Sebastià Massanet es alma mater del club del municipio, además de matemático. Aunque la relación entre el tablero y las matemáticas es evidente, Massanet subraya que está comprobado que los alumnos que practican este deporte no solo mejoran en este área "sino también en comprensión lectora, análisis espacial y razonamiento no verbal, al desarrollar la inteligencia matemática, la lingüística, la espacial, la intrapersonal y la extrapersonal: cinco de las ocho inteligencias descritas por Howard Gardner". Añade: "Se estimula la memoria, la concentración, la creatividad y el razonamiento y ha sido útil en la enseñanza a niños con trastornos de déficit de atención e hiperactividad, autismo o altas capacidades".

Aclarado esto, el profesor universitario aborda el vínculo entre las fichas y las 'mates': "Hoy las habilidades más necesarias son la toma de decisiones, la resolución de problemas y el pensamiento crítico deductivo e inductivo", argumenta, "y éstas se desarrollan tanto con las matemáticas como con el ajedrez, dos campos que requieren una estructura mental, pensar con antelación, planificar, predecir y ser sistemático". Además, Massanet cree que parte de la gracia es que no todas las jugadas se pueden memorizar de igual manera que en matemáticas no todo se puede aprender por repetición: "Esta espacio para la creatividad impulsa la inteligencia y la capacidad de tomar decisiones". Narra además ventajas añadidas del ajedrez sobre las 'mates': es un juego y por tanto hay un componente de diversión y encima no tiene el estigma que las matemáticas arrastran para parte de la sociedad.

Otra municipio asociado de forma inevitable al ajedrez sigue siendo Calvià. Las Olimpiadas Mundiales dejaron una estela que aún dura y el ayuntamiento calvianer ha impulsado desde entonces muchas iniciativas para difundir este deporte. Por ejemplo, desde 2006 subvenciona el Plan Escolar, que imparten Enrique Asensio y sus monitores en todos los colegios del municipio. Mientras sus alumnos del Migjorn de Bendinat enlazan una partida tras otra en un ambiente de máxima concentración (unos ni se enteran de que el fotógrafo les está llamando para hacer una foto de grupo), Asensio habla con este diario y destaca, además de las ventajas ya citadas anteriormente por sus compañeros, dos beneficiosos efectos que ha comprobado en sus alumnos: la mejora de la capacidad de atención -"los niños tienen un minuto de atención por año de edad, con el ajedrez doblan su capacidad", asegura-; y la sociabilidad de un juego que además de encajar "con todo tipo de caracteres", ayuda a los chavales a competir y también les enseña a saber perder.

"Yo me apunté para ganar a mi hermano", dice una de las alumnas cuando se les pregunta por qué van a estas sesiones tras acabar las clases. Los demás están ahí simplemente porque les gusta mucho jugar. "¿Os gustaría que el ajedrez fuera una asignatura más?". El "sí" es unánime.

Los chavales, los monitores, los aficionados y el Congreso ya tienen clara pues cuál debería ser la jugada. Le toca ahora al ministerio de Educación mover ficha y sentenciar, para bien o para mal, la partida.

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