Con motivo del día internacional de la mujer, la politóloga iraní Nazanín Armanian, profesora de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) y especialista en temática árabe que reside en España desde el año 1992, ofreció ayer en la UIB dos conferencias en las que abordó la situación de las mujeres en los diferentes países musulmanes.

Y en primer lugar quiso desautorizar los tópicos extendidos en Occidente sobre la mujer musulmana ya que, recalcó, el 95% de las féminas que profesan o que viven en países en los que el Islam es la religión oficial "no llevan velo. Porque el pañuelo en la cabeza es otra cosa, es un símbolo étnico, no religioso. De la misma manera, tampoco todas las mujeres musulmanas son sumisas y obedientes ni aceptan la poligamia. Estas son unas imágenes distorsionadas que se han extendido y aceptado tanto en Occidente como en Oriente".

La politóloga emplazó al auditorio a que definieran a una mujer fundamentalista musulmana. Tras recibir la respuesta de una mujer completamente tapada con un burka o un chador, pasó a preguntar a los presentes cómo se imaginan a una fundamentalista cristiana. Tras el silencio por respuesta, mostró varias imágenes de Laura Bush o de la gobernadora de Canadá Sarah Palin antes de recalcar que el hecho de ir ataviada con un burka no implica que la persona que se oculta tras esos ropajes sea una fundamentalista. "La ropa es una adaptación del cuerpo al clima, como lo demuestra el hecho de la vestimenta de los esquimales, que van todo cubiertos para sobrellevar las bajas temperaturas, no por motivos religiosos", ejemplificó.

"Las conquistas sociales son reversibles", alertó la conferenciante revelando que, en 1964, Irán, junto a Francia, eran los dos únicos países del mundo que contaban con una mujer ministra. "Hasta 1978 (año en que el régimen de los ayatolás reemplazó al gobierno del Shah) las mujeres de Irán tenían más derechos que las españolas. Pero desde entonces sus derechos han ido recortándose. La revolución iraní contra el Shah fue secuestrada por Jomeini", lamentó.

Armanian resaltó que de los 54 países musulmanes del mundo tan solo 4 -Arabia Saudí, Irán, Pakistán y Sudán- son gobiernos teocráticos regidos por la sharia (ley islámica) y definió al fundamentalismo como "una reacción contra la modernidad, algo que va contra el racionalismo, la ciencia, la mujer y el laicismo".

Retorno literal al pasado

Dos de los rasgos que definen al fundamentalismo, continuó la iraní, es que intenta un retorno de forma literal al mundo que describen los textos sagrados y piensa que su religión sirve para todo el mundo y para todos los tiempos aunque tanto el islamismo como el cristianismo y el judaísmo tengan un origen semítico y nacieran todos ellos en Oriente Próximo.

"Sin embargo piensan que su religión también es válida para pueblos tan diferentes como los japoneses o los de la Amazonía. De la misma manera, intentan aplicar las leyes literalmente tal y como se hacía en la antigüedad y obviando hechos como el de que las lapidaciones era la manera de aplicar la justicia de pueblos nómadas que no encarcelaban a nadie por su constante movimiento y que usaban piedras ya que no tenían árboles en los que colgar a los infractores. Pues bien, el fundamentalismo activo integra estos conceptos en la política", sostuvo.

Tras denunciar que en Irak la mujer se pone ahora burka para protegerse de las violaciones, aseguró que el Estado Islámico es una "creación" de la CIA, Arabia Saudí y Qatar, países aliados de Occidente contra los que nadie actúa por su riqueza y que, además, sufragan con hasta doscientos euros diarios el sueldo de los militantes del Estado terrorista. "En Arabia Saudí cada viernes decapitan a alguien y nadie los compara con el Estado Islámico", contrapuso.

Los fundamentalismos no son producto del mundo musulmán, sino de los intereses de Occidente, sostuvo la politóloga recordando que el ascenso de los talibanes en Afganistán fue propiciado por EE UU, potencia que también allanó la llegada del fundamentalismo a Irak y el ascenso de un Papa "fundamentalista" polaco (Juan Pablo II) para arrinconar y provocar la desintegración de la antigua URSS.

También aseguró que las jovencitas occidentales musulmanas que se están alistando en el Estado Islámico proceden de familias desestructuradas, sin integración social: "Buscan amor y aventuras con guapos guerrilleros que, en realidad, solo quieren de ellas sexo, que consiguen con matrimonios de corta duración, y activismo. Tras obtenerlo, son prostituidas o usadas en redes de trata de mujeres", lamentó. Frente al feminismo cristiano que solo busca mejorar la situación de la mujer en el seno de la Iglesia, Armanian citó alguno de los retos que tendría que afrontar el "verdadero feminismo". Como evitar que cada 18 segundos una mujer sea maltratada en el mundo, que 1.400 mueran cada día dando a luz o que el 20% de las niñas sufran abusos sexuales.