El PP de José Ramón Bauzá nada tiene que ver con el PP de Jaume Matas, donde hubo "corrupción de personas", que no "de siglas". A escasas semanas de las elecciones, los populares ahondan en su estrategia del ´cordón sanitario´ sobre toda la era Matas, en un intento de ceñir exclusivamente al pasado el rosario de escándalos que van aflorando, y desvincularlos por completo de la actual aparato.

La portavoz parlamentaria del PP balear, Mabel Cabrer, negó ayer que ella supiera que se cobraba el 3% de comisiones por las obras que adjudicaba el Govern Matas, como destapó el martes ante el juez José Castro el ex número dos del PP en Cort, Javier Rodrigo de Santos. "Evidentemente, yo no tengo ni idea de si después de las adjudicaciones desde el partido había personas que pedían una comisión", aseguró siguiendo el guión de circunscribir la corrupción a un fenómeno individual y nunca de partido.

Cabrer fue la consellera de Obras Públicas con Matas. Siempre se ensalzó su capacidad personal de gestión (licitó en cuatro años el metro a la UIB, el soterramiento del tren, las autopistas de Eivissa, las prolongaciones aeropuerto-Llucmajor, Inca-sa Pobla, Santa Ponça-Peguera); hoy todo ese volumen de obra pública está en entredicho por si sirvió para financiar ilegalmente al partido. "Si detrás [de las adjudicaciones] después había esto, nos indigna a todos, a mí la primera", aseveró su la mujer fuerte del PP balear. "Si es verdad que se pedían comisiones, me da vergüenza, es un tema repugnante, soy la primera que me siento perjudicada", remachó.

El PP de Bauzá "no está preocupado", pero "no es agradable" lo que se está conociendo, señaló Cabrer. "Queremos que se aclare todo cuando antes mejor", apostilló. La exconsellera tildó de "injusto meter a todo un partido y a sus militantes" en el saco de la corrupción, y defendió su "dedicación personal máxima" y la de todo su equipo en esa legislatura para "modernizar las infraestructuras viarias y de todo tipo".

"No es el Matas que yo conocía", apuntó Cabrer sobre el expresidente, con quien antaño fue siempre muy próxima. "Yo todo lo he sabido después", añadió la portavoz, negando también que su compañera entonces en el Consell de Govern, Aina Castillo, le hubiera confesado en ese momento el amaño de Son Espases que ella relató el pasado abril ante el fiscal Anticorrupción Pedro Horrach.

La actual dirección de Bauzá es "totalmente nueva y no tiene nada que ver con aquella época", insistió Cabrer en marcar la diferencia entre el viejo y el nuevo líder del PP.

"La legislatura de 2003 a 2007 del señor Matas fue nefasta, de mafia pura en el sentido más claro de la palabra", resumió la diputada de Més Fina Santiago. Y visto lo visto, "Son Espases fue el gran negocio" de ese periodo. A su lado, "el Palma Arena es una nimiedad", apuntó.

La parlamentaria de izquierdas ironizó con la escena de Matas en la comisión de Son Espases, en la que se negó a declarar, y lo comparó con la actitud de Bauzá de no querer dar explicaciones: "Matas vino con una venda por la cabeza, Bauzá se la pone en los ojos". Santiago criticó al presidente del Govern por no cortar con la línea de su antecesor y mantener en primera línea política "a personas ligadas a Matas como Cabrer o [José María] Rodríguez".

"Si de verdad le da asco [la corrupción en su partido destapada por De Santos], que haga las cuentas y devuelva todo el dinero [del 3%]. Asco nos da a todos", sentenció Fina Santiago.

Para Vicenç Thomàs, "cada vez hay más evidencias de que en la legislatura de Matas había una línea de corrupción sistematizada en la Comunidad Autónoma". La comisión de investigación de Son Espases, según Thomàs, deja claro que "todo conduce a lo mismo, la financiación ilegal del PP". El socialista acusó también a Bauzá de "ser cómplice de la época Matas, "han tapado todo lo que han podido, impidiendo que comparecieran Cabrer, [Fernando] Rubio o el propio Bauzá".