En Baleares existen unas 3.000 personas diagnosticadas con hepatitis C, pero se calcula que hay unas 7.000 que podrían estar contagiadas sin saberlo, en gran parte porque se trata de una enfermedad asintomática y que "tarda en dar la cara".

Son datos que ha facilitado hoy en una rueda de prensa el sindicato CCOO, previo al coloquio Hepatitis C, Problema de salud pública y azote del profesional sanitario, y que están basados en información de las asociaciones de afectados por la enfermedad.

Entre las reivindicaciones que realizan los representantes del sindicato está que Baleares realice ya un censo oficial de la enfermedad con el fin de atajarla cuanto antes y que se garantice el tratamiento a todos los pacientes.

"Hay que tomar decisiones políticas y no económicas", ha resaltado el secretario de la Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios (FSS) estatal de CCOO, Antonio Cabrera, quien ha recordado que el consejo interterritorial se comprometió en diciembre realizar este censo, sin que hasta ahora se hayan dado cifras.

Otro de los temas que preocupa es cómo afecta la enfermedad al personal sanitario y, en especial, que el asunto está en manos de la industria farmacéutica que "se permite multiplicar por 100 el importe del medicamento".

El tratamiento actual para paliar la hepatitis C tiene un coste de producción real de 100 euros, mientras se vende a entre 40.000 y 100.000 euros, según el precio de venta que imponen las farmacéuticas a los distintos países, ha señalado el adjunto a la Confederal Estatal de Protección Social de CCOO, Enrique Martín.

Por este motivo, se pide una negociación con las multinacionales de la industria farmacéutica no solo a nivel estatal, como está haciendo España, sino a nivel europeo, para lograr obtener resultados reales.

El sindicato considera que este trabajo para el control de la hepatitis C tiene que partir desde el Ministerio de Sanidad y no de las comunidades autónomas, por lo que ha hecho un llamamiento al Gobierno para que reoriente la actitud en este conflicto, ya que "está más preocupada por el impacto mediático que por la resolución del mismo".

Se trata de "un medicamento que salva vidas y una enfermedad que causa la muerte", por lo que no puede primar la relación comercial, ha defendido Cabrera.

El sindicato resalta que "no es lo mismo" coger la enfermedad en primer grado que en último, con todo lo que esto supone para la sanidad pública.

Para el profesor de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid y secretario de formación de FSS CCOO UCM, Agustín Reoyo, se trata de "un problema de salud pública importantísimo".

El asunto se encuentra en el inicio y es el momento apropiado de erradicar y controlar la enfermedad, en opinión de Reoyo, quien ha reclamado que se faciliten los datos oficiales de contagiados y prevalencia de la enfermedad cuanto antes.

El profesor ha recordado que se trata de una enfermedad "silente" que "tarda en dar la cara".

Por esta razón, se considera "prudente" establecer un plan estratégico integral del control de la hepatitis C, así como valorar el coste de la enfermedad de forma integral.

Entre un 15 y un 45 % de las personas son capaces de eludir la cronificación de la enfermedad, ha destacado Reoyo, para quien existen las herramientas para que en un futuro próximo la enfermedad se pueda controlar y avanzar en su erradicación.

En España unas 400.00 personas están diagnosticas con hepatitis C y existen unos 1.500 millones de personas contagiadas en todo el mundo, donde la enfermedad ha causado ya varios cientos de millones de muertes, insiste CCOO.