­China está de compras. La que ya es oficialmente la primera economía mundial está buscando nuevos sectores pujantes con los que mantener su ritmo de crecimiento. Que es tan alto como acuciante: para China se trata de crecer a velocidad de crucero o ahogarse en las necesidades de una población ingente que demanda calidad de vida y poder adquisitivo. De ahí la ofensiva asiática, que hace que sus empresas estén invirtiendo ya un millar de millones anuales en España, como documentaban ayer en Palma el consejero económico de la Embajada de China, Chen Yuming, y el presidente de la Cámara de Comercio e Inversiones de China en España, Liu Wei. Ambos, acompañados más tarde por el embajador chino y escoltados por los representantes de 23 grandes grupos inversores chinos con intereses en España, constataban que Mallorca y sus sectores inmobiliario y turístico están entre los objetivos más codiciados para emprender aventuras de negocios.

Lo hacían durante la convención anual de la Cámara de Comercio e Inversiones de China en España, que no por casualidad se celebró en Palma. Concretamente en el primer hotel chino en España, el emblemático Valparaíso, convertido en ejemplo de lo que planean los inversores del país del sol naciente: entrar lentamente en sectores ahora estratégicos para ellos, como el turismo, apoyarse en la gestión de expertos y socios locales (caso del Valparaíso), aprender de ellos y seguir creciendo a través de nuevas adquisiciones o ampliando sus participaciones. "El caso del Valparaíso es paradigmático, y hay interés en más inversiones tanto turísticas como inmobiliarias", confirmaba el responsable de inversiones en España del Instituto español de Comercio Exterior (Icex), José Carlos García de Quevedo, que desde la institución pública trabaja directamente para facilitar el desembarco chino.

Entre esos movimientos de grupos asiáticos hay operaciones ligadas a acuerdos de intercambio, como el que tiene Meliá con los chinos de Greenland o el que está preparando Barceló para intentar de nuevo la expansión en China (hace unos años, Barceló lo intentó en solitario y fracasó). También en ese contexto se enmarca la compra por parte de la aerolínea china HNA del 29% de NH Hoteles, una operación de 400 millones que el presidente de la cámara china en España ponía como ejemplo para analizar lo que está por venir: "Prevemos que la inversión [de grupos chinos] en turismo va a crecer con fuerza en los próximos años", subrayaba Liu Wei. "La realidad es que hay mucho interés mutuo entre empresas hoteleras chinas y españolas", confirmaba a su vez García de Quevedo, del Icex, que insinúa movimientos de grupos como GPRO (el del Valparaíso) y otros para abordar inversiones en turismo ligadas "a altos niveles de calidad". Ahí se enmarcaría proyectos para hoteles boutique y negocios comerciales ligados al lujo. "Eso les interesa mucho, y ahí Balears y sus empresas turísticas son una referencia", añadía el ejecutivo del Icex.

Mallorquines rumbo a Asia

El viaje es de ida y vuelta. Y cada vez más frecuente. Al tiempo que los chinos desembarcan en el turismo balear, y se apoyan en sus empresas para, poco a poco, tomar posiciones en el lucrativo mercado turístico sudamericano y caribeño, los hoteleros mallorquines miran con interés a China y el sureste asiático. Un ejemplo: Gabriel Escarrer, consejero delegado de Meliá Hotels International, no se cansa de repetir su idea de que en Asia están las inversiones de futuro más lucrativas para el sector turístico.

Pero no solo el turismo mira hacia China. Sigan si no la estela de Lottusse o Camper, que pisan fuerte con sus zapatos de calidad en un mercado chino al que poco a poco se incorporan empresarios mallorquines de sectores como el agroalimentario o el vinícola. Les anima a que continúen haciéndolo el consejero económico de la Embajada China en España, que ayer se dirigía a los inversores chinos para pedirles dos cosas. Primero: que aceleren sus inversiones en España y abran camino para otros empresarios chinos, contribuyendo a que "en 2015 se supere un nuevo máximo de inversión china en España". Y segundo: el especialista económico de la embajada les pide que se animen a importar al mercado chino más productos españoles. "En China hay mucha demanda de productos de alta calidad como los que hay en España", recalca Chen. Ahí tienen si no los citados Lottusse y Camper.

Para estimular el viaje de ida y vuelta, el presidente de los inversores chinos en España ofrecía los servicios de la agrupación empresarial asiática, que en el último año casi ha duplicado su número de miembros, hasta elevarlo a los 23 grandes grupos inversores que hoy componen la Cámara de Comercio e Inversiones de China en España. "Es una plataforma para que las empresas chinas en España, que están muy dispersas, actúen juntas", explica a su vez el asesor económico de la Embajada China, Chen Yuming.

Y en actuar juntas están. Un ejemplo, el subdirector general del ICBC (siglas en inglés del Banco Industrial y de Comercio de China), explica que los movimientos económicos chinos son tan intensos que en la península estén tres de las nueve sucursales que tienen en Europa. A través de ellas asesoran a inversores españoles y chinos en su entrada en el nuevo país. Es la nueva ruta de la seda, caracterizada por lo mismo desde hace siglos: el flujo constante de dinero e ideas, que también llegarán a Mallorca. Dicen.