Ha costado, pero por fin las dos grandes federaciones de la UGT balear, la de Hostelería (ahora denominada de servicios para la movilidad y el consumo) y la de Servicios Públicos se han puesto de acuerdo sobre la persona que parece más idónea para asumir la secretaría general del sindicato: Esperança Barceló, que durante los últimos meses ha venido desempeñando la responsabilidad del área de Empleo. El problema radica en que ella sigue mostrando reticencias a la hora de aceptar esa responsabilidad, al igual que la persona que se baraja como segunda alternativa, Alejandro Texías, que se niega en redondo a jugar ese papel. Eso deja abierta la posibilidad de que en el congreso que la UGT celebrará el día 29 se tenga recurra de nuevo a una gestora durante algunos meses más.

Después de la dimisión de Manuel Pelarda el pasado septiembre, tras un corto mandato marcado por los problemas financieros, la UGT balear no ha logrado encontrar a un nuevo líder, lo que ha hecho que durante los últimos meses haya estado en manos de una gestora. Para evitar seguir en esta situación, las dos federaciones antes señaladas, tradicionalmente enfrentadas, han apostado por Barceló, que no procede de ninguna de ellas.