"He venido sin boli, les pido que las preguntas no sean en bloque, para así poderles ir contestando una tras otra", saludó ayer socarrón Luis Bárcenas a la comisión que investiga la corrupción en torno a la construcción de Son Espases. Quizás porque sabía que su salida de la cárcel era inminente, quizás por querer enviar un aviso a su amigo Rajoy, el exsenador y extesorero del PP estatal dejó claro desde el minuto cero de su comparecencia ´televisada´ que tenía ganas de hablar. Y vaya si habló, demostrando que sus lamentos por no poder tomar nota ni tener a su lado a su todavía letrado Javier Gómez de Liaño eran puro formalismo.
"No conocía la existencia de ese hospital, hasta hace tres meses", afirmó a los diputados casi al final de los 50 minutos de interrogatorio. Se enteró por un diario de que la exconsellera de Sanidad balear, Aina Castillo, había roto con su padrino Jaume Matas y tirado de la manta, confesando ante el fiscal Pedro Horrach el amaño del concurso. "Ya sabe que aquí nos enteramos siempre de todo por la prensa", aludió con media sonrisa Bárcenas a su vida de recluso en la cárcel madrileña de Soto del Real, que confía en poder abandonar hoy mismo.
El diputado del PSOE Antonio Diéguez avanzaba en su cuestionario, y lejos de escabullirse, Bárcenas reconocía "efectivamente" contabilidades paralelas, millonarias donaciones de empresarios al partido, la famosa caja B o el pago de sueldos a dirigentes populares en sobres de dinero negro, como el que él mismo abonó "durante meses al señor Matas" tras su huida a Washington en 2007. Por todo este entramado "me encuentro donde me encuentro", se lamentó Bárcenas de continuar aún entre rejas, sin perder la compostura.
El socialista empezó a preguntar al extesorero por los paraísos fiscales, y se disparó el nerviosismo entre los populares, que se olían el tsunami. Bárcenas estaba por la labor de ´cantar´, y además con desparpajo: "Perdone, contabilidad del PP yo llevé exclusivamente la paralela, la oficial la llevaba el tesorero, el señor Álvaro Lapuerta", le quiso matizar a la diputada Fina Santiago (Més).
Notablemente incómodo, el presidente de la comisión, el ibicenco Miguel Jerez, amonestaba insistentemente a Diéguez: "Cíñase al objeto de esta comisión, que es la adjudicación de Son Espases, o le tendré que llamar al orden, no se lo volveré a repetir". De nuevo irónico, Bárcenas pidió la palabra a Jerez: "Perdone, ¿me lo está diciendo a mí, o al señor diputado?". Risas entre la izquierda y el público, ayer algo más numeroso. Además de los dos policías judiciales que siguen las declaraciones, la expectación cundió entre el personal de la Cámara. Hasta siete equipos de televisión cubrieron la comparecencia.
El cruce de miradas y las caras largas en el PP aumentaban, hasta desencajarse del todo cuando el extesorero desveló que la sede principal del partido en Palma fue pagada por empresarios. Dos jóvenes parlamentarios populares presionaban especialmente con sus miradas a Jerez, que volvió a exigir -en este caso a la diputada Santiago- que solo se hablara de Son Espases. "No sé si es que va a sustituir usted al señor Gómez de Liaño", replicó en un momento dado Diéguez al presidente de la comisión, en alusión al defensor de Bárcenas. El interrogado salió al paso para aclarar que no tenía "ningún problema" en contestar a todo, "a no ser que el señor moderador me diga lo contrario", rebajó el cargo a Jerez.
Los esfuerzos del presidente de la comisión de investigación sirvieron de poco. Tampoco los del portavoz del PP, Carlos Veramendi, para concluir que no hubo pago de comisiones por Son Espases, en base al desconocimiento que había manifestado Bárcenas al respecto. El extesorero ya había soltado el torpedo al PP balear, totalmente descolocado. De tratar de demostrar que no hubo la menor corruptela en Son Espases, a sumar un nuevo caso con la financiación de su cuartel general.
Siete equipos de televisión siguieron la comparecencia. B. RAMON
Al igual que Rajoy con los periodistas, Bárcenas también habló a través de un plasma, solo que al contrario que el presidente del Gobierno y su antiguo jefe, Luis ´el Cabrón´ aceptó preguntas. Y las respondió absolutamente a todas, perfectamente consciente de que no le escuchaban diputados baleares, sino también la prensa.
Exhibiendo una pícara sonrisa en todo su interrogatorio por videoconferencia, por su pulcra apariencia -americana y corbata azul, y su pelo para atrás perfectamente engominado- se diría que ya había abonado la fianza y estaba fuera de la celda. Se permitió incluso apelar a la sinceridad: "No podemos ser cínicos, las campañas electorales no se financian solo con recursos propios del partido".
Al término de la sesión, la euforia en Més y el PSOE era evidente. El corrupto Bárcenas era poco menos que un héroe, un "tipo muy inteligente" que acababa de "hacer un traje a Bauzá".
Los titulares demoledores del extesorero levantaron el ánimo a la oposición, que venía quemada de la comparecencia anterior de Castillo. Con la negativa de la exconsellera a declarar, "esta comisión está muerta", denunció Diéguez, recalcando que ella jugó el papel clave en la adjudicación presuntamente fraudulenta del hospital. "No se puede hacer un bautizo sin el niño", remachó el socialista.
Acto seguido, Veramendi agradeció a Castillo que "haya dicho la verdad en todo lo que ha dicho". Dejó perplejo al auditorio, teniendo en cuenta que la exconsellera se limitó a advertir a los diputados "no voy a contestar a sus preguntas". El diputado del PP quiso enfatizar que Castillo había sido citada a declarar "por este grupo, que es su grupo", alentó a la imputada. Todo lo contrario, cuidó mucho de reconocer a Bárcenas como su compañero de filas. Y eso que "he estado en esa casa treinta y dos años solamente", recordó el extesorero sobre su partido.
