El tránsito de mujeres inmigrantes para explotarlas sexualmente en Occidente ha crecido en torno a un 50% desde el año 2006. Y el aumento del tráfico de menores de edad para estos mismos fines lo ha hecho un 20% en este mismo periodo de tiempo, denunció ayer Helena Maleno, investigadora de este fenómeno que recalcó que este incremento es debido a un aumento de la demanda de estos servicios sexuales en países que sí ponen trabas a la llegada de inmigrantes que vienen en busca de trabajo para mejorar sus vidas.

Y es que si entre el 15% y el 17% de la población masculina europea frecuenta a las prostitutas, en España este porcentaje se eleva a casi el 40%, reveló Maleno, que atribuyó esta diferencia a que aquí se ha producido una incorporación masiva de un consumidor más joven, de entre 18 y 20 años, que se ha acostumbrado a acabar una noche de diversión con alcohol y drogas recurriendo al sexo de pago. "Cada vez las quieren más jóvenes", lamentó.

Maleno, periodista y activista de Metges del Món que asimismo ha denunciado las actuaciones de las policías marroquí y española en la valla de Melilla, ofreció ayer una conferencia sobre las migraciones para la explotación sexual con la que la organización humanitaria puso el colofón a los actos conmemorativos de su XX aniversario en Balears.

Nigeria es el principal país de origen de las inmigrantes traídas por las redes a Balears para ejercer la prostitución mientras que otras mujeres procedentes de otros países subsaharianos como la República Democrática del Congo, Senegal o Camerún son llevadas a Francia, Bélgica e Inglaterra, reveló Maleno, que resaltó que para una nigeriana ejercer la prostitución en Balears supone un enorme salto cualitativo en su vida, sobre todo teniendo en cuenta que viene de prostituirse en las calles de Lagos por un dólar.

También denunció la especialista una mayor tasa de hijos e hijas de inmigrantes desaparecidos. "Las redes de trata deciden cuando una mujer ha de quedarse embarazada o debe abortar o si su bebé ha de cruzar la frontera con su madre biológica o con otra mujer. El niño les sirve como rehén para coaccionar a la mujer para que trabaje sin protestar y no tenga la tentación de denunciarles. Son bebés-ancla para controlarlas más eficazmente", lamentó la activista.

Maleno reveló que una joven de Tánger les denunció que, tras ejercer la prostitución en Balears como primer destino tras su salida de la ciudad norteafricana, fue enviada a Lleida mientras que su hijo se quedó en Palma al cuidado de su antigua madame. Fue una denuncia inicial de la que no se supo nada más y que es muy significativa de lo que ocurre en este submundo.

Sobre los flujos de personas para su explotación sexual, la especialista señaló que se puede ver de todo, desde búlgaras ejerciendo la prostitución en un bar de Bamako (capital de Mali), hasta ucranianas haciéndolo en Tailandia. "Y también hemos detectado un aumento del tráfico de varones adolescentes para trabajar como correos de la droga", añadió, advirtiendo al mismo tiempo de que si la sanidad pública española continúa degradándose, podrían llegar a darse aquí fenómenos como las dos redes de tráfico de órganos recientemente desmanteladas en Argelia.

Para combatir estas redes de tráfico de personas, la activista humanitaria abogó por trabajar para que estas inmigrantes traídas al país como meras mercancías para un comercio sexual se puedan acoger con normalidad a los derechos vigentes en España.

También se refirió Helena Maleno a la actuación de las policías marroquí y española en la valla de Melilla y denunció la ilegalidad de unas devoluciones en caliente realizadas gracias a acuerdos bilaterales que, dijo, vulneran convenios internacionales y contravienen la convención contra la tortura al devolver a los inmigrantes a un país, Marruecos, que no es un ejemplo del respeto de los derechos humanos. "Las devoluciones en caliente se vienen haciendo desde hace más de diez años y Rubalcaba fue el pionero", reveló.

La activista admitió, no obstante, la excelente labor propagandística desplegada por el Gobierno del PP que, dijo, ha mostrado a la opinión pública una imagen irreal de guerra en la frontera y una actitud violenta por parte de los inmigrantes "para legalizar lo que no podía ser legalizado, las expulsiones en caliente".

También denunció actuaciones de la Guardia Civil contrarias al respeto del más elemental derecho humano "siguiendo órdenes y protocolos marcados por delegación de Gobierno".