Parece una escena de una película de ciencia ficción pero el robot da Vinci se está utilizando de forma esporádica en el hospital de Son Espases desde el año 2012 aunque no ha sido hasta abril de este año que los servicios de urología y de cirugía pediátrica lo están empleando de manera más asidua y regular. El urólogo Juan Ferrutxe y la jefa del servicio de cirugía pediátrica, Claudia Marhuenda, explican los entresijos de este sistema quirúrgico robótico que potencia las capacidades innatas del cirujano y ofrece soluciones mínimamente invasivas para cirugías complejas.

"Si no resultara tan caro -el material fungible que emplea este robot en cada intervención oscila entre los 2.500 y los 3.00o euros- todas las operaciones laparoscópicas (sin abrir al paciente, usando como puerta de entrada los orificios naturales del cuerpo) se harían con este sistema y, no me cabe ninguna duda, el futuro de este tipo de cirugías es la robótica cuando los precios sean más asequibles", recalca la doctora Claudia Marhuenda.

El doctor Ferrutxe específica que el da Vinci instalado en el hospital de referencia de esta comunidad es un ingenio robótico de segunda generación, un modelo más avanzado que su primera versión que contaba con tres brazos articulados, uno para la cámara y dos de trabajo que portaban, respectivamente, una pinza y una tijera.

"El que tenemos aquí data del año 2006 y se montó en el hospital en torno al año 2012. Dispone de cuatro brazos, uno para la cámara y los otros tres, intercambiables, para ponerles una tijera, dos pinzas, un portaagujas...", explica las características del aparato el urólogo, que aclara que el cirujano utiliza el robot mediante una palanca de mando (popularmente conocida como joystick) sentado ante una pantalla con visión tridimensional de lo que está operando. "¿Cuáles son las ventajas? Fundamentalmente dos, mejora la precisión y la visión. Y aquí hay que apuntar que te quita el temblor de manos que puedas tener porque la máquina lo filtra", señala el doctor Ferrutxe.

Mejor que tu muñeca

"También te permite una movilidad de trescientos sesenta grados, mejor que el movimiento natural de tu muñeca", apunta otra de las ventajas la jefa de cirugía pediátrica antes de que ambos especialistas admitan que tiene un inconveniente, así, en singular: "No tienes tacto, por eso hay que actuar con dulzura en el manejo de los tejidos y las suturas. No puedes tirar muy fuerte del hilo cuando has dado un punto de sutura porque lo rompes. Con la experiencia aprendes a compensar la falta de tacto con la visión", explica más gráficamente la doctora Marhuenda.

El uso de este robot es especialmente idóneo para la cirugía laparoscópica del carcinoma de próstata, ya que en este tipo de intervenciones es preciso realizar una sutura reconstructiva muy precisa que este ingenio permite.

Está indicado para los pacientes menores de 60 años con un tumor prostático y que, antes de la intervención, tenían la capacidad de mantener una erección. La ventaja del uso del da Vinci estriba en que el enfermo, al contrario que con otras cirugías para tratar esta patología, puede seguir teniendo erecciones tras la operación porque, como recalca el doctor Ferrutxe, "esta mejora en la sutura reconstructiva permite conservar los nervios del pene".

Este urólogo señala que la primera operación robótica para tratar esta patología se realizó en febrero de 2012 y que desde el pasado mes de abril se han regularizado: "Ya hemos hecho 14", concreta.

Para ello, tres urólogos del servicio tuvieron que realizar un curso de tres días de duración sobre el manejo del robot en el hospital universitario Marqués de Valdecilla (Santander), centro sanitario que dispone no solo del robot sino también de un animalario para hacer cirugía experimental que, adelantaron ambos facultativos, puede ser una realidad en Son Espases el próximo año porque hay un proyecto para ello así como el espacio necesario reservado.

"De momento hacemos la próstata pero también usaremos el robot para nefrectomías parciales, para extirpar parte de un riñón por la presencia de un tumor, a partir del próximo mes de enero", subraya el doctor Ferrutxe que contrapone la precisión, eficacia y una mayor rapidez en las suturas que permitirá esta técnica robótica frente a otras cirugías y que a la postre supondrá impedir hemorragias postoperatorias.

La doctora Marhuenda quiere recalcar que, en su servicio, aparte de ella, han recibido la formación para operar con el robot las doctoras Concepción Barceló y Edith Hernández y que en estas intervenciones, como en las convencionales, tiene que estar presente otro cirujano lavado y presto para ayudar como precaución. Asimismo, en Son Espases ya hay seis o siete enfermeras de quirófano adiestradas en su uso.

La jefa de cirugía pediátrica enumera las intervenciones que ha realizado su servicio con esta tecnología robótica: hernias diafragmáticas, nefrectomías parciales por una malformación y pieloplastias, que no es otra cosa que solucionar una obstrucción que impide la salida de la orina del riñón al uréter.

"Se trata de una laparoscopia avanzada que no solo te mejora la visión sino que también te permite coser como en una cirugía abierta con las ventajas de la laparoscopia", proclama esta cirujana, que añade que, en su especialidad, no está indicado el uso de este robot en pacientes de menos de doce kilos, niños de entre dos y tres años.

La doctora Claudia Marhuenda, jefa de cirugía pediátrica, junto al doctor Juan Ferrutxe. CAIB

"En el cáncer de próstata mejora los resultados para el paciente, pero en otras especialidades solo supone una ventaja para el cirujano", admite Marhuenda aunque a continuación recalca que sí se trata de una intervención coste-efectiva.

"Una cirugía abierta produce más dolor postoperatorio y una mayor estancia hospitalaria con el coste para el Servei de Salut que eso supone. Un paciente operado de pieloplastia con esta técnica se va a su casa a las 48 horas de la intervención mientras que, tras una cirugía abierta, estaría hospitalizado no menos de 4 días", subraya. Para concluir, Marhuenda apunta otras dos ventajas del este aparato que parece sacado del futuro. Permite hacer telecirugía y posibilita que, por ejemplo, el paciente se encuentre físicamente en París y el cirujano en Nueva York, con unos mandos conectados por un cable de fibra óptica con el robot que está interviniendo a muchos kilómetros de distancia.

Otra de sus aplicaciones es el telementoring, término anglosajón que designa el asesoramiento que ofrece un cirujano experto al que se encuentra operando también desde la distancia. "El cirujano experto puede darle indicaciones a través del propio robot e incluso dibujar en la pantalla tridimensional por la que se está guiando el profesional que opera. Así, sobre la propia pantalla, el experto puede marcarle con un trazo la mejor manera de abordar una sutura o el corte de un tejido", concluye Marhuenda estas explicaciones que solo unos pocos años atrás parecerían de tecnologías disponibles solo en los países más avanzados.