El 16% de los hogares de Balears y el 19,9 % de los españoles tiene como principal fuente de ingresos una prestación de jubilación. Y cada vez son más las familias que salen adelante gracias a sus pensionistas: la proporción de hogares cuyos hijos y nietos dependen de lo que perciben los abuelos se está incrementado a un ritmo de dos puntos por año desde hace cuatro años, como consecuencia directa de una crisis de empleo y bajada de salarios que golpea duramente a las personas en edad de trabajar.

O a eso apunta el Observatorio social de la gente mayor 2014, presentado ayer en Barcelona por CC.OO.. En el trabajo se denuncia la reducción de los recursos y de la calidad de vida de las personas mayores en España, que varía sustancialmente en cada comunidad. Por ejemplo, la mayor proporción de hogares dependientes de un pensionista está en Castilla y León (24,7%), mientras que donde son menos es en Canarias (13 %). Balears está tres puntos por debajo de la media nacional, entre las comunidades menos dependientes de sus jubilados, algo achacable a un menor envejecimiento de la población, a que las pensiones baleares están entre las más bajas y a que la tasa de paro es menor que la media nacional.

Entre otros datos, destacan que de los nueve millones de jubilados en España, la mitad tiene pensiones por debajo del salario mínimo (645 euros al mes) y en un 14 % sus ingresos están por debajo del umbral de la pobreza. "Hay algunos pensionistas que han de optar por comer o ir al médico", ha denunciado el secretario general de la Federación estatal de Pensionistas y Jubilados de CC.OO., Julián Gutiérrez, que ha destacado que mientras los jubilados se convierten en el sustento familiar crece el gasto en salud y las pensiones van perdiendo poder adquisitivo.