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"Durante el estudio evitamos que tres familias sometieran a sus hijas a la ablación"

La vocal de género y derechos humanos de Metges del Món, Marián García, reveló que, durante la elaboración del estudio sobre mutilación femenina en Mallorca, consiguieron

La vocal de género y derechos humanos de Metges del Món, Marián García, reveló que, durante la elaboración del estudio sobre mutilación femenina en Mallorca, consiguieron evitar que tres familias subsaharianas sometieran a sus hijas a estas prácticas durante una visita a sus países de origen.

"Una mujer subsahariana que atendía en mi centro de salud, mutilada desde la infancia, me reveló sus temores: volvía a su país con sus dos hijas de tres y seis años y se iba a alojar en la casa de la familia de su marido, que se quedaba en Mallorca. Me dijo que temía que su familia política hiciera con sus hijas lo que habían hecho previamente con ella", relata Marián García una experiencia vivida en primera persona.

"Nos pusimos manos a la obra y conseguimos un compromiso de no mutilación de los que utilizan en la comunidad autónoma de Aragón y lo adaptamos a nuestras necesidades. Se trata de un documento que ha de firmar el marido ya que, en esos países, el valor de la firma de la mujer es más bien escaso. En él se especifica que el marido se compromete ante los recursos sanitarios que están atendiendo a su familia que las menores regresarán tal y como se marcharon, con sus órganos genitales intactos", continúa el relato la vocal de Metges del Món.

Cuando llegó a su pueblo, la mujer subsahariana mostró a su familia política el documento y les aseguró que, en caso de que no lo respetasen y mutilasen a sus hijas, corrían el riesgo de no poder volver a su país de acogida, que les impediría el retorno en estas condiciones, así como que cabía la posibilidad de que las autoridades occidentales les retiraran la custodia de las niñas o que el marido acabara entre rejas por no haber respetado el documento rubricado con su firma.

"Este hecho permitió que las niñas regresaran sanas y salvas", se congratula Marián García, que revela que durante la confección del estudio realizaron otras dos intervenciones con otras dos familias sobre las que no quiso abundar más aunque sí cuenta el caso de una paciente suya con cuatro hijas, dos adolescentes que, como su madre, ya están mutiladas y otras dos más jóvenes que no lo están: "Y ahora está embarazada de otra niña. He comunicado esto a su pediatra, que le está informando de los problemas sanitarios que podría tener su bebé si se le somete a esta mutilación".

Y lo que también quiere resaltar esta comadrona comprometida con la erradicación de esta bestial práctica es que estos compromisos de no mutilación han de ser el último recurso que se utilice. "Antes se debería apostar por la educación para la salud dirigida a mujeres y hombres de estos países así como a los líderes religiosos y asociaciones africanas que puedan influir en la forma de pensar y actuar de sus compatriotas", sugiere al tiempo que emplaza a otras instituciones como la conselleria de Salud o el Institut Balear de la Dona a trabajar activamente con su organización para establecer un protocolo que erradique de una vez por todas esta lacra social en las islas.

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