Al menos siete trabajadores del hospital de Manacor habrían recaído de las molestias producidas por la exposición al etil mercaptano, un producto odorizante que se añade al gas inodoro y cuya fuga inicial se produjo el pasado 22 de octubre durante las labores de vaciado de varios depósitos de gas propano y gasoil acometidas por la empresa Repsol, y que volvió a sentirse intensamente en el centro sanitario tras las fuertes lluvias de la semana pasada.

Fuentes sindicales de UGT y CC OO revelaron que al menos siete trabajadores habrían recaído de los síntomas experimentados en la primera fuga que, como se recordará, provocó molestias a 28 empleados del hospital comarcal y una baja laboral a 25 de ellos.

Estas molestias y malestar, manifestadas ahora de nuevo por estos siete trabajadores a los que se les habría concedido una nueva baja médica, consistían en picor ocular, mareos y tensión alta como consecuencia de una prolongada exposición a este mal olor que se siente con más intensidad en los quirófanos 7 y 8 de la Unidad de Cirugía Sin Ingreso (UCSI) del centro sanitario de Llevant.

Como se recordará, la fuga inicial obligó a suspender la actividad en los dos citados quirófanos así como a reprogramar un total de 83 intervenciones ambulatorias ya concertadas, medida que no ha sido necesaria adoptar en esta ocasión, como recalcó ayer la gerente del hospital, Catalina Vadell, que sí confirmó que siete trabajadores habrían solicitado la baja como consecuencia de una recaída de los citados síntomas provocados por una prolongada exposición al etil mercaptano.

Vadell explicó que, tras las intensas lluvias del martes de la semana pasada, todo el terreno circundante de los depósitos se empapó y la evaporación del día siguiente provocó la reaparición del mal olor. "El miércoles de la semana pasada volvió el mal olor pero solo se sintió ese día. Hay algunos trabajadores que han referido molestias pero no hemos tenido que suspender la actividad de los quirófanos porque, repito, el olor a gas solo se sintió ese día", explicó la directora gerente.

Vadell quiso puntualizar que los tres organismos que han actuado en esta fuga -dirección general de Emergencias del Govern, inspección de Trabajo y la propia empresa Repsol que desencadenó todo el problema durante las labores de vaciado de los depósitos- le han garantizado que no se trata de un producto tóxico y que las molestias que han sufrido los empleados son las propias de trabajar en un espacio cerrado con un persistente y penetrante mal olor.

También admitió Vadell que el viernes de la semana pasada recibieron cinco requerimientos de inspección de Trabajo en los que se emplaza al hospital a "articular una organización del trabajo en los quirófanos de la UCSI que garantice un menor tiempo de exposición de los trabajadores adscritos a dicha unidad a las posibles emisiones de olor", así como a impedir el "acceso a los quirófanos a personas que presenten especial sensibilidad -afectación alérgica, problemas respiratorios, etcétera- ni a mujeres en estado de gestación o lactancia".

También reclama la autoridad laboral que se practique vigilancia y seguimiento de la salud específica de todos los trabajadores que se han visto expuestos al olor. En tercer lugar, insta a establecer las medidas técnicas oportunas para que el funcionamiento de los sistemas de aire acondicionado en la UCSI garanticen una provisión de aire sin contaminación ni olor.

En cuarto lugar insta a irrigar con productos de desodorización la zona exterior del hospital donde se produjo el vertido para evitar nuevas propagaciones del olor y, por último, insta a articular un sistema de información específico sobre este incidente y sus consecuencias a todo el personal de la unidad de cirugía afectada.