La coalición Més per Mallorca está rota, solo queda saber el alcance de la fractura. La tercera fuerza política de Balears agota los plazos para ver si logra expulsar al presidente de Esquerra Republicana-Mallorca (la marca de ERC en la isla), Joan Lladó, sin que éste arrastre al resto del partido, que sí tiene cabida en el proyecto. La operación se antoja harto complicada, por lo que Més se prepara para la inminente ruptura con el partido independentista. En ningún caso se contempla que ERC siga dentro con Lladó al frente.

"Falta ver cómo se comportarán los demás, si hacen piña y quieren volver a ser testimoniales, o tienen ganas de seguir haciendo política en un grupo grande como Més, pero el sábado como máximo [Lladó] tiene que estar fuera, esto no se puede aguantar una semana más", resume la situación un cargo econacionalista. La expulsión de Lladó de la coalición está sobre el tejado del PSM, partido con el que ERC está federado. Los pesemeros podrían reunirse el sábado en un consejo político y forzar la apertura de un expediente disciplinario al presidente de Esquerra.

"La salud del pacto está dañada", admitió éste ayer. El veto irreversible de Més a Lladó se considera una injerencia inaceptable y ha sido "muy mal recibido" internamente. Con todo, Lladó elude desvelar si su partido terminará abandonando la coalición. "No hay que tomar decisiones en caliente, el viernes [por mañana] se reunirá la ejecutiva y debatirá qué camino seguir". En cualquier caso, ese órgano no sería el competente para un acuerdo de ese calado: "La decisión de salir de Més tendría que ser muy participada y ser aprobada en un congreso" extraordinario, aclaró.

"El voto no ha sido libre"

"Nos entristece que el voto en las primarias de Més no haya sido libre, y que muchos candidatos que creían en el fair play estén decepcionados", siguió Lladó cuestionando la limpieza de las votaciones del pasado fin de semana y caldeando los ánimos. "Nadie ha impugnado los resultados", subrayó por su parte el coordinador general de Més, Biel Barceló, recriminando a su todavía socio "su actitud negativa de cuestionarlos y de crear mar de fondo".

Aunque una intervención del presidente de ERC, Oriol Junqueras, sería clave para apartar a Lladó y reconducir el conflicto, en Més se muestran escépticos y pesimistas con que les hagan el trabajo sucio desde Barcelona. Dirigentes como el diputado catalán en el Congreso Joan Tardà cierran filas con Lladó en las redes sociales: "Se ha de ser estúpidamente prepotente para exigir a ERC que expulse a Joan Lladó y que cierre la delegación isleña". Así pues, en Més son conscientes de las escasas posibilidades de que los republicanos den la espalda a su líder en la isla y elijan a un sustituto para continuar en el proyecto, por lo que están dispuestos a asumir el coste electoral de su marcha.

En las últimas elecciones -las europeas del pasado mayo-, sin Més en liza, los republicanos obtuvieron 19.566 sufragios, el 7,25 % del voto balear. El respaldo se reduce a una cuarta parte en clave estricta balear: en 2011 Esquerra sacó 5.323 votos, el 1,27% del total. Como en todos los comicios autonómicos a los que ha concurrido por separado, se quedó como fuerza extraparlamentaria.

La estrategia de Lladó pasa ahora por elevar la tensión y forzar que finalmente Més le eche, convencido de que la victimización le ayudará a afianzar su férreo control de ERC en Mallorca y, en el caso presentarse solos en 2015, su marca rentabilizará el voto nacionalista. Para ello incidirá en el discurso de que sin su presencia en Més no se garantiza el soberanismo político, un argumento que ha abocado al actual enfrentamiento.

Biel Barceló no retrocedió ayer ni un ápice en su convicción de que Lladó debe abandonar la primera línea de Més. No le perdona que haya desprestigiado los resultados de las primarias porque "no ha estado de acuerdo con el lugar en que ha quedado", informa Virginia Eza. Lladó quedó el número 11 de la lista autonómica.

"Mi confianza en Lladó se ha perdido totalmente", insistió el líder de Més, que recordó que el martes en una tensa ejecutiva exigió "expresamente" al republicano delante de todos que "dé un paso atrás por el bien de Més". También le reclama un desmentido "contundente" de sus "insinuaciones" de "tongo" y de "que se impidió el voto a personas por el color de su piel" en las primarias del sábado. "Son falsedades sobre el proceso que no se aguantan", recriminó Barceló. El también candidato de Més al Govern mandó un claro "mensaje" a los cuadros y la militancia de ERC, invitándoles a continuar en el proyecto sin su presidente: "Més es una coalición abierta y plural, y quiere seguir teniendo esta voluntad. Por tanto los compañeros de Esquerra son parte de la solución y tienen que decidir lo que tienen que hacer, pero les instamos a seguir trabajando juntos desde la cooperación".

Barceló recalcó su deseo de que la gente de Esquerra no se marche con Lladó: "En Més hemos abierto un proceso que no tiene marcha atrás. La maquinaria está en marcha para ganar al PP. Esquerra es un partido soberano y pueden decidir lo que crean; si la gente decide no estar, que hagan su camino, y tan amigos".