La indignación interna que provocó el flujo de papeletas ya ´marcadas´ a inmigrantes senegaleses y marroquíes en las votaciones del sábado en el hall del centre Flassaders de Palma para que apoyaran solo a los candidatos de Esquerra ha llegado hasta la cúpula del partido en el Principat. El presidente de ERC, Oriol Junqueras, ha sido informado al detalle de toda la polémica en las primarias y del malestar con la persona de Joan Lladó. Algunos cuadros en Més creen que la mejor vía para atajar el problema es que el político catalán sea quien llame al orden a su líder en Mallorca y salve el obstáculo que éste representa para la unidad de la izquierda soberanista en las islas. La estrategia pasa porque sea la propia formación independentista la que fuerce la salida de Lladó de la dirección de Esquerra-Mallorca, y le sustituya por un perfil más afín al aparato y el ideario de Més, que permita aunar a todo el electorado nacionalista en 2015.

Los medios catalanes ayer ya empezaron a hacerse eco de lo ocurrido en las primarias de Més -la conocida periodista Mònica Terribas fue una de las que sacó el tema a colación en su matinal de Catalunya Ràdio-. No obstante, por el momento parece poco probable que la dirección de ERC se decida a ´guillotinar´ a su histórica cara en Balears. "Junqueras no querrá abrir otro frente en las islas y solo actuará si el tema le empieza a salpicar", aventuran fuentes independentistas. Pese a tener también muchos críticos dentro, hasta ahora Lladó se ha caracterizado por ostentar un férrero control del partido, de ahí que su salida se antoje complicada.