Un total de 143 farmacias de Balears ofrecen un servicio a sus usuarios que responde al nombre de Sistema Personalizado de Dosificación (SPD) y que no es otra cosa que una ayuda para aquellos pacientes que, por la circunstancia que sea, tienen problemas para tomar correctamente la medicación pautada por el facultativo, lo que a la postre les causa problemas de salud derivados de esta mala adherencia terapéutica.

En estos momentos habrá unos dos mil usuarios en las islas que se han acogido a este servicio y que responden a un perfil de paciente anciano que vive solo y que ingiere varias pastillas al día con frecuentes confusiones con las tomas de estos fármacos.

Es un servicio que no está cubierto por el Sistema Nacional de Salud (SNS) y en el que el usuario, para recibirlo, ha de abonar unos cinco euros semanales al farmacéutico que se lo dispensa.

"No solo se trata de poner la medicación en un pastillero. Los fármacos semanales que ha de ingerir el paciente le son entregados perfectamente encapsulados en un blíster que muestra a las claras la medicación que ha de tomar a cada momento del día los siete días de la semana y que, al mismo tiempo, garantiza una perfecta conservación de las pastillas", explica Francisca Santandreu, coordinadora del centro de información del medicamento del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Balears (COFIB).

Entre las labores que debe hacer el boticario que presta este servicio personalizado está también la de revisar la prescripción realizada y comprobar que no haya alguna interacción farmacológica indeseable o alguna incompatibilidad con algún otro medicamento que esté tomando. "Eso sí, el usuario ha de entregar un documento a la farmacia en la que le autoriza a hacer el blíster", advierte Santandreu, que añade que normalmente estas prescipciones personalizadas se hacen para una semana pero que pueden alargarse hasta un máximo de quince días.

Sobre las personas que se benefician de este servicio, la responsable del centro de información del medicamento del COFIB abundó que ni mucho menos los cerca de 2.000 usuarios que se están beneficiando de él estén ingresados en residencias de ancianos: "Hay pacientes de residencias, pero son los menos. La mayor parte de los que se acogen a este programa son particulares que en muchas ocasiones acceden a él por consejo de su médico de cabecera".

Un farmacéutico de Ciutat que ofrece este servicio cuenta con una moderna máquina que realiza de forma automática estos blíster personalizados. "Es muy cara, me costó unos 15.000 euros y la adquirí en Barcelona, pero hace todo el trabajo. Habrá otras dos similares en Palma. Le introduces los fármacos y las pautas de la medicación y ella misma te confecciona el blíster con los comprimidos o medios comprimidos de cada toma. La propia máquina reconoce las diferentes pastillas por su forma, peso y color para preparar la dosificación semanal sin margen de error", se ufana este boticario que dice que solo presta este servicio a usuarios particulares, no a residencias.

Precisamente hoy, la Fundación de Ciencias Farmacéuticas organiza unas jornadas que incidirán sobre la importancia de la adherencia a los tratamientos farmacológicos prescritos, ya que no tomarlos como toca se ha convertido en un problema de salud pública por sus consecuencias negativas entre las que cabe enumerar fracasos terapéuticos, mayores tasas de hospitalización por esta causa y aumento de los costos sanitarios en un momento de restricciones presupuestarias.

Por este motivo, la citada Fundación, en colaboración con la conselleria de Salud, está realizando una campaña para mejorar esta adherencia a los tratamientos farmacológicos con varias fases, entre ellas charlas en las asociaciones de tercera edad, seguimiento de los pacientes polimedicados y control de las dispensaciones farmacéuticas con los datos de la receta electrónica.

Y es que los datos a nivel nacional urgen a adoptar medidas contra una deficiente toma de los medicamentos prescritos en la que recae uno de cada dos pacientes crónicos y un 20% de los enfermos agudos y que genera un gasto estimado anual de 11.250 millones de euros.