La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, enumeró ayer los cinco problemas que se han afrontado en la reforma de las Administraciones, y valoró la colaboración de los trabajadores públicos. En primer lugar, recordó que se han suprimido más de 2.000 entidades en España para ajustar las dimensiones del sector público. En segundo, apuntó la racionalización de las compras, como la adquisición conjunta de vacunas para ahorrar.

El tercer problema ha sido la dotación de una mayor transparencia a la gestión y el cuarto reducir una morosidad pública que según la vicepresidenta ha provocado el cierre de muchas empresas.

Y como quinta y "más importante" cuestión a afrontar, la vicepresidenta destacó la reducción de la burocracia y de las cargas administrativas para así agilizar la apertura de nuevas empresas, por señalar un ejemplo.