La demora que la excesiva burocracia administrativa está provocando en algunos proyectos empresariales, como las reformas de hoteles e instalaciones náuticas, resulta extraordinariamente grave en un momento en que no hay trabajo para todas las empresas constructoras existentes en las islas, según pone de relieve el director de la asociación que agrupa a este último colectivo, Manuel Gómez.

Este portavoz de la patronal del sector recuerda que frente a las 750 empresas que tenía asociadas hace cuatro años, ahora solo quedan unas 400, a lo que hay que sumar la fuerte destrucción de empleo que se ha dado en esta actividad.

Esta falta de trabajo para todos es uno de los motivos que ha generado la actual guerra de precios que se está sufriendo entre las constructoras, y que ha llevado a que en algunos concursos públicos las adjudicaciones se hayan conseguido tras proponer presupuestos que eran cerca de un 15% o un 20% inferiores a los fijados inicialmente por la Administración, y que incluso se hayan registrado casos en los que ese descuento se ha acercado al 40%. Un problema similar se da cuando se trata de hacerse con un proyecto privado, según reconocen las empresas consultadas.

Según lamenta Manuel Gómez, en muchos casos esta estrategia de fuerte bajada de tarifas no es más que una "huida hacia adelante", en un intento de conseguir trabajo con la esperanza de mejorar la rentabilidad a costa de los modificados que se aplican posteriormente en muchos proyectos.

En esta coyuntura, el director de la patronal de constructores lamenta que las inversiones se vean frenadas no por un imcumplimiento de la normativa, sino por diferencias a la hora de interpretar la legislación por parte de algunos funcionarios o por un "exceso de celo" a la hora de solicitar informes antes de dar el visto bueno. En este sentido, tanto constructores como hoteleros reconoce que algunos escándalos políticos que se han dado en municipios isleños han hecho que muchos técnicos reclamen un número desproporcionado de informes para "cubrirse las espaldas" y no tener problemas posteriormente.

Caída de la inversión pública

Manuel Gómez subraya que las empresas de Balears pueden encontrarse con un problema adicional a partir de abril del año que viene, dado que la mayoría de las Administraciones isleñas están haciendo un esfuerzo adicional para ejecutar obras que se puedan inaugurar poco antes de las elecciones municipales y autonómicas previstas para mediados de 2015. Ello va a provocar que en muchos casos el presupuesto para obra pública del próximo ejercicio se agote en los cuatro primeros meses, convirtiendo el resto del año en un "desierto" para el sector, por la falta de licitación de nuevas obras.

Además, tras cada proceso electoral se produce un relevo de cargos en las Administraciones, incluso en los casos en los que vuelve a ganar el partido que gobernaba, lo que supone que se abre un plazo hasta que los nuevos responsables adquieren conocimientos sobre sus departamentos y comienzan a adoptar decisiones vinculadas a nuevas inversiones.

Todo ello conlleva, según Manuel Gómez, a que durante el segundo semestre de 2015 la inyección de dinero público a su sector vaya a registrar una notable caída, aunque durante el pasado ejercicio y los primeros meses del actual la obra pública haya sido uno de los motores para estas empresas.

Al margen de lo expuesto, el director de la patronal constructora coincide con la asociación de clubs náuticos y la federación hotelera en que resulta evidente que los ritmos con que necesitan trabajar las empresas y los que se aplican en el sector público están excesivamente distanciados, con el correspondiente perjuicio para la actividad económica. Y todos ellos coinciden en que este factor supone, en definitiva, "inseguridad jurídica".

Según señala el gerente de la asociación balear de clubes náuticos, Rafael Palmer, el bloqueo que se puede dar a la hora de poner en marcha un proyecto empresarial a causa de las demoras en la tramitación es un factor que ahuyenta a posibles inversores.

Pese a ello, Palmer reconoce que la situación ha mejorado con el actual Govern del PP, ya que con éste "se nos escucha. Hemos podido mantener reuniones con José Ramón Bauzá para exponerle nuestros problemas, mientras que Francesc Antich no nos recibió ni una sola vez durante la legislatura anterior". En este sentido, añade que "la música con el PP es mejor, aunque la letra en ocasiones sigue fallando".