Pregunta ingenua: dado que el Tribunal Superior de Justicia ha sentenciado que José Ramón Bauzá no incurre en ninguna incompatibilidad por cobrar a la vez del Consolat y de su farmacia en Marratxí ¿a cuento de qué salió ayer el presidente de la votación del decreto-ley para restringir la apertura de nuevas farmacias en Balears? Creíamos que se había disipado cualquier conflicto entre intereses públicos y privados ¿O no?

Todos caemos en el olvido, pero un día no muy lejano hubo una consellera de Educación que se llamaba Joana Maria Camps que copaba titulares a diario. Aparte de agudizar la guerra en la comunidad educativa con del TIL de Bauzá, Camps nos deja para los anales sus colosales meteduras de pata, desde rebautizar el MoMA (Museum of Modern Art de Nueva York ) como "sa MoMA", a traducir el informe PISA (sobre índices de calidad educativa) como "informe Trepitja".

Pero también son reseñables los continuos viajes de la consellera a su Menorca natal sufragados por todos los mallorquines pese a ser sospechosos de tener más carácter privado que público. La diputada Fina Santiago ha seguido muy de cerca los desplazamientos de la menorquina, alertada por fines de semana que se alargaban extrañamente hasta los martes, o por sus desapariciones a mitad de semana, con regreso a Palma en viernes para el obligado Consell de Govern.

Con el objeto de saber qué importantes actos como consellera requerían la presencia inexcusable de Camps en Menorca los días 4 de julio de 2013, el 23 de enero de 2014, o el 10 y 17 de febrero también de este año, la diputada de Més requirió conocer por escrito su agenda oficial en sendas jornadas. Santiago se lo pidió a la propia Camps en junio, antes de que se convirtiera en cabeza de turco. Con meses de retraso, le ha contestado ahora su sucesora en el departamento. Maria Núria Riera se quita rápidamente el marrón de encima: "Actualmente no se dispone de esta información". Lo achaca a que "en la fecha sobre la que se solicita la información la consellera era la señora Joana Maria Camps Bosch, la cual cesó, junto con todo el equipo que formaba su gabinete, el 26 de septiembre". En fin, que Riera no sabe qué hacía Camps. O no le interesa demasiado saberlo. Y si lo sabe, lo considera prescrito. Santiago ve "grave" que una Conselleria diga que no hay constancia de los actos oficiales de su responsable, y se muestra harta de "tanta tomadura de pelo. ¿Y si se lo pide un juez, también le contestará igual?", se indigna con Riera. Quizás Castro se anime, y nos aparece un Monago a la menorquina.

Regreso a la actividad inmobiliaria

Segunda pregunta inocente: ¿Desde cuando Camps "cesó", como sostiene Riera? La consellera más política del Govern se olvida de que Bauzá que la salida de la menorquina "ha sido cosa mía"; de dimitir nada, destitución fulminante.

A todo ello ¿cuál es el paradero de la extitular de Educación, tras recibir la patada presidencial? Joana Maria Camps entra y sale de su despacho de agente de la propiedad inmobiliaria en la contramuralla de Ciutadella, algo que por cierto las malas lenguas afirman que nunca ha dejado de hacer. La exconsellera se ha volcado en su negocio, cuyos apéndices llegan hasta Mallorca y el sector docente, mira por dónde. Pese a su destierro, Bauzá la debe haber rehabilitado en parte ya que Camps se ha integrado ahora en el comité electoral del PP de Menorca, donde podrá hacer sus aportaciones.

ERC tensiona a Més

Unas 8.000 personas eligen hoy a los candidatos de Més per Mallorca a las elecciones de 2015, con la mayoría del aparato cruzando los dedos para que determinados aspirantes de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) queden relegados de los puestos de salida. Y es que la entrada de Joan Lladó &cía. en la coalición ha destemplado la armonía entre PSM e IniciativaVerds.

Los recelos internos han aumentado tras aflorar acusaciones mutuas de tejemanejes para controlar en exceso el proceso; desde los casi 200 inmigrantes senegaleses aparecidos por arte de ERC en el censo, y que hubo que cribar, a las denuncias de listas por escrito para marginar a ERC. Lladó defiende que solo quiere garantizar que Més tenga un discurso nacionalista, ya que lo nota algo descafeinado, pero los que ya estaban temen por sus planes de futuro. La cuerda está muy tensa, a ver si a partir de mañana se relaja.