­Tres de cada diez habitantes de Balears están en situación de exclusión social, y otros cuatro corren el riesgo de caer en ella por su precaria integración, según se desprende del informe presentado ayer por Cáritas. Y todo ello acompañado de una advertencia: a lo largo de la crisis, las desigualdades han crecido en las islas de forma "notable" y "muy superior" a la del resto del país.

El informe Foessa y su capítulo dedicado al archipiélago fue presentado ayer en Palma por la directora de Cáritas en Mallorca, Margalida Maria Riutort, y por uno de los componentes del Servicio de Estudios de esta organización en España, Guillermo Fernández.

Y la principal conclusión es que Balears padece un problema de exclusión social más serio que el del conjunto del país, situándose junto con Canarias y la Comunidad Valenciana entre las autonomías con peores resultados.

Un dato como ejemplo: si en 2007 el 50,1% de los españoles presentaba una situación de integración plena por la ausencia de problemas de exclusión, en 2013 ese porcentaje había bajado ya hasta el 34,3%. Pero en el caso de las islas, esta población en situación plenamente normalizada baja hasta el 30,6%.

En el archipiélago un 11,7% de sus residentes padece un problema de exclusión severa, frente al 10,9% de la media española, mientras que la exclusión moderada alcanza al 15,8% de los isleños, por encima del 14,2% estatal.

Pero además, el 41,9% de los baleares presenta una situación de integración moderada, lo que supone moverse en una zona de riesgo, frente al 40,6% nacional.

Eso implica que 130.000 habitantes de las islas se sitúan en el nivel de exclusión social severa, un aspecto sobre el que Guillermo Fernández dio la voz de alarma al considerar que existe el peligro de que este colectivo se convierta en estructural. Otros 176.000 padecen exclusión moderada.

Y todo ello se da pese a que las islas presentan una mejor evolución en la generación de riqueza y en la reducción de sus cifras de paro. Pero en este sentido, el representante de Cáritas subrayó que la recuperación del empleo se muestra insuficiente para salir de la crisis, por cuando cada vez son más las personas pobres con un puesto de trabajo.

En este aspecto, se señaló que la reforma laboral ha servido para reducir las cifras del paro, pero por la vía de precarizar los salarios, algo que ha afectado muy especialmente a los jóvenes. Además, se afirmó que las políticas de austeridad "no han sido neutrales", y han hecho "mucho daño" a algunos segmentos de la población.

Las islas registran un problema adicional: no solo muestran un elevado nivel de economía sumergida, sino que además éste es mucho más marginal que en el resto del país. En concreto, de cada diez personas de Balears que viven de esa situación irregular, más de siete tienen problemas de exclusión social, una tasa mucho más alta que la media española, de algo más de cinco.

Eso hace que su porcentaje de población en situación de pobreza severa sea también más alto que la media estatal (con ingresos inferiores a los 3.200 euros anuales). Este hecho explica que la exclusión del consumo sea en el archipiélago más importante que en el resto del país, con tasas del 8,3% en las islas frente al 7,3% estatal.

Los desequilibrios en Balears y en España son muy fuertes, y superan los de otros países que en teoría han sido más duramente golpeados por la crisis, como Portugal o Irlanda. Por ello, desde Cáritas se insiste en que la mala coyuntura económica no explica todos estos datos negativos, sino que hay que remitirse al modelo social del país, que ya mostraba deficiencias y bolsas de pobreza durante los años de bonanza.

Otro dato: un 31,5% de los hogares de las islas no dispone de ingresos suficientes para cubrir todos los gastos de la casa, frente al 20% de la media española, y un 26,5% han recibido alguna amenaza de cortes de luz, agua o teléfono, también por encima del 13,5% estatal. Un 5,6% ha padecido alguna amenaza de expulsión de la residencia, superando el 3,7% nacional.

Otros ejes de exclusión

Según destacó el representante del servicio de estudios de Cáritas, la exclusión no se mide solo en términos monetarios, en relación a situaciones de pobreza, sino que también aparecen factores en el eje social y en el político.

En el eje social, las islas presentan un factor diferencial en relación al resto del país: solo el 45,8% de los hogares isleños tiene acceso a la ayuda de familiares o amigos, una tasa que en el conjunto del país crece hasta el 70,4%. Y ello pese a que en el pasado ambos porcentajes eran mucho más similares. Entre los factores que influyen en esta falta de apoyo en las islas aparece el alto número de hogares formados por una sola persona por motivos laborales, o de inmigrantes.

Guillermo Fernández suma otro aspecto, como es el estrés al que se está sometiendo a la gente mayor, que de ser cuidada ha pasado a ser cuidadora. En este aspecto, el representante de Cáritas puso de relieve que estas personas están en situación de respaldar a la familia en casos de emergencia, pero no a lo largo de una crisis tan larga.

También Balears presenta una situación en el eje político y de ciudadanía muy diferente a la del resto del país. La exclusión en este ámbito afecta a un 29,3% de los isleños, cuando la media estatal es del 13,9%. Eso supone que tres de cada diez habitantes de las islas no participa en la toma de decisiones colectivas, como puede ser la imposibilidad de votar o la falta de interés por hacerlo.

Una anécdota: Fernández reconoció que los informes de Cáritas siempre son criticados por los Gobiernos, sean del PSOE o del PP, pese a ser la encuesta privada entre hogares más grande del país.