La mayoría de la población nacida en Balears, un amplio 78%, rechaza a las personas inmigrantes afincadas en el archipiélago, tanto si tienen papeles como si se encuentran en situación irregular. El procentaje de ciudadanos que tiene una visión negativa de estos extranjeros no ha parado de crecer en los últimos años, según los datos que viene recogiendo la Fundación Gadeso desde 2010.

Siete de cada diez isleños tienen una visión negativa de los inmigrantes que están de forma legal en nuestro país al creer que “quitan el trabajo a los autóctonos” mientras que casi un 30% los rechazan al considerar que “saturan los servicios públicos”. Un 2% crítica que “no quieren integrarse”.

Entre la minoría que no los ve con malos ojos (porcentaje que decrece cuatro puntos porcentuales desde 2010), se defiende que tienen los mismo derechos que los nacidos aquí y se valora la diversidad y que hacen trabajos que los baleares rechazan. Respecto a los inmigrantes que se encuentran en situación irregular, la percepción es todavía peor: los asocian a “inseguridad y delincuencia” y la mayoría de encuestados, un 85%, cree que se les ha de expulsar.

El último análisis de Gadeso refleja que buena parte de la población aprueba las actitudes contundentes o incluso violentas para frenar la llegada de inmigrantes a nuestro país. Así, interrogados sobre los sucesos vividos en los últimos meses en la valla de Melilla, con enfrentamientos entre policías e inmigrantes, un 17% cree que las actuaciones de las fuerzas de seguridad son “adecuadas”; un 32% admite que son “duras” pero las considera “necesarias”; un 21% las tacha de “reprobables pero legales” mientras que solo un 15% las clasifica de “ilegales e inaceptables”.

Más del 90% de los ciudadanos se muestran también contundentes cuando aseguran que se debería expulsar a los inmigrantes que lleven mucho tiempo sin trabajar o si han cometido un delito. Un 70% de encuestados los echaría del país por “no integrarse”.