Mateo Isern arroja la toalla ante José Ramón Bauzá, pero lo hace con un acto de rebeldía insólito en el actual PP balear: relegando los titulares de la bajada de impuestos que quería apuntarse el presidente del Govern y discrepando de su forma de gobernar que, advirtió, tendrá “consecuencias” en forma de factura electoral.

El alcalde de Palma continuará en el cargo los ocho meses que quedan de legislatura, pero renuncia a la reelección por el PP en 2015, consciente de que Bauzá no le soporta y que él carece de apoyos para plantarle batalla. Para desvelar ayer por fin sus cartas, Isern eligió justo el día del debate sobre el estado de la Comunidad, robando así el protagonismo al presidente del Govern con un descaro sin precedentes.

“Soy el primer alcalde que viniendo de una mayoría absoluta y con un porcentaje de aceptación ciudadana, según las encuestas, del 54%y del 70 y pico por ciento entre los votantes de la derecha, no ha merecido la confianza del partido para repetir como candidato”, se lamentó Mateo Isern, matizando que en todo momento se refería al aparato y no las bases. “Algo habré hecho mal. Lo asumo como error mío”, remachó.

Por vez primera desde que empezó esta nueva crisis interna en el PP, el alcalde se sinceró públicamente y admitió la falta absoluta de sintonía que le tienen el presidente Bauzá y el factótum del partido en Palma, José María Rodríguez, y que ha terminado por truncar su “ilusión” de repetir como candidato popular en Cort en los próximos comicios.

Cort antes que el PP

Sobre en qué se fundamenta el profundo rechazo que genera a Bauzá y Rodríguez, Mateo Isern apuntó su “forma personal de ejercer la alcaldía”. Afirmó que ha priorizado su “dedicación a la labor de gestión municipal” en detrimento de la vida de partido, lo que “quizás haya sido uno” de sus errores. Aun así, celebra que no le han “llegado críticas” internas por su gestión en Cort ni “se ha puesto en duda por nadie del partido que ésta haya sido eficaz y contemos con una ciudad en transformación”.

El alcalde no se arrepiente de su manera de entender la política y rebate sutilmente el reproche que internamente le hace el aparato del PP: “Tienen razón los que aseguran que yo antepongo los intereses de la ciudad y de los ciudadanos a los intereses del partido. Es verdad, y eso es absolutamente innegociable, no estoy dispuesto a cambiar ni a renunciar a ello”. Toda una declaración de intenciones a Bauzá y Rodríguez. También lamentó que su exigencia de “tener la libertad suficiente, no digo absoluta, pero que me permitiera constituir un equipo para seguir adelante con el proyect de Cort” ha caído en saco roto.

Mateo Isern aprovechó para, repitiendo palabras de un discurso en Cort, lanzar un ataque velado a la forma de gobernar de Bauzá: “Estoy convencido de que es necesario rebajar la crispación; adentrarse en la cultura del pacto; del respeto al adversario; de las buenas formas; de las concesiones... todo ello para conseguir acuerdos de largo alcance. Es lo que demanda la sociedad, la forma de hacer política en el futuro”, porque todo “ha cambiado”. Y “el que no sea capaz de enterarse, va a sufrir las consecuencias en no mucho”, advirtió, sumándose a los que vaticinan un descalabro del PP en las urnas.

Se marcha muy a su “pesar”

“Mi candidatura genera división de opiniones, no es pacífica. Es mucho mejor, tal y como me ha sugerido la dirección del partido, un candidato de consenso”, declaró ayer Isern en una abarrotada y expectante rueda de prensa.

El alcalde admitió que renunciaba a ser el cabeza de cartel del PP palmesano “con todo” su “pesar”, porque no ha “recibido el apoyo unánime del partido”, aunque sí “de muchísimos afiliados”, cuidó de recalcar continuamente.

Mateo Isern quiso diferenciar claramente entre la postura de “los cuadros directivos” -por Bauzá y Rodríguez-, que son la “gente descontenta conmigo”, y las bases, donde sí se siente muy querido y valorado: “Una parte importantísima de afiliados me han dado su apoyo”, insistió el alcalde. Y no solo afiliados del PP, también “mucha gente anónima de la calle, y empresarios, y gente de asociaciones, y de la sociedad civil...”, aseveró.

El todavía alcalde de Palma confirmó que el pasado día 9 Bauzá y Rodríguez le comunicaron formalmente que no querían que repitiera como candidato. Isern dijo aceptarlo y querer “anunciarlo de forma inmediata”, pero “surgieron una serie de circunstancias” que “viniendo de donde venían, obligaron a aplazar esta decisión”.

Isern aludía así a una llamada desde la dirección del PP en Madrid; no quiso desvelar la identidad de su interlocutor -“no estoy autorizado a revelar con quién fue”, pero se trataba de “alguien a muy alto nivel en el organigrama del partido”-. Al parecer fue la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, la que le pidió que esperara unos días a hacer pública su renuncia, para intentar negociar una solución con Bauzá.

Finalmente, el lunes “a las nueve de la noche tuve la contestación”, explicó Isern. Desde Madrid -posiblemente de nuevo De Cospedal- la respuesta fue que no había intercesión posible, por lo que se imponía la voluntad de Bauzá y Rodríguez. Agotada la última baza, Isern quiso dar a conocer su retirada ayer mismo, y no demorar más su agonía. “Esas conversaciones -con De Cospedal-, que fueron largas, han sido uno de los momentos más felices de toda mi carrera política”, que “ha sido cortísima”, bromeó. “Me compensaron de muchos malos momentos de incomprensiones y alguna que otra decepción”, se sinceró de nuevo.

Apoyo a su sustituto “de consenso”

“Ante el próximo desafío electoral, la falta de unidad hubiera penalizado de una forma muy importante las expectativas electorales no sencillas del PP”, abundó Isern sobre su renuncia. Aseguró que no le duelen prendas de abandonar y volver a su casa y a su “actividad privada”. “No hay nada pactado, no suelto una liana habiendo cogido otra”, descartando que haya negociado ocupar otro cargo más adelante.

Mateo Isern garantiza que apoyará a su sustituto “de consenso”, reconociendo entre risas que nadie le consultará antes.