La política mallorquina se prepara para vivir esta semana la gran final de uno de las batallas más apasionantes y cruentas de los últimos años. Y lo curioso del caso es que ambos contendientes, enemigos declarados, son del mismo partido y han confesado amor incondicional a las siglas del PP. El alcalde de Palma, Mateu Isern, se enfrenta a la gran encrucijada de desafiar al aparato del partido que encabezan el president del Govern y del PP, José Ramón Bauzá, con su colaborador necesario y presidente del PP de Palma, José María Rodríguez, para volver a ser candidato a Cort o marcharse a su casa. Una decisión que, sin duda, también supondrá un antes y un después en la trayectoria política de Bauzá. El president la vivirá en pleno debate del estado de la autonomía.

Mateu Isern ha llegado la hora de la verdad, a su gran final. Esta semana debe decidir si da el paso o por el contrario abandona la política. Esta última opción es la que persiguen desde hace meses Bauzá y Rodríguez con toda una estrategia de derribo contra el primer edil. Sin embargo, Isern sabe que tiene mucha gente de su lado, pese a tener muy presente que el partido en Palma está bajo el férreo control de Rodríguez.

La táctica del primer edil ha consistido en no revelar sus cartas, incluso las que lleva en las mangas. Ha apostado fuerte para que Madrid, que lo tiene en un pedestal como uno de los alcaldes más valorados por sus conciudadanos de España, se moje y asuma el papel de árbitro en la guerra cruenta que le enfrenta con el president Bauzá.

El próximo jueves día 23 de octubre es el día clave. A las 20:00 horas concluye el plazo fijado por la junta territorial de Palma para que los afiliados que quieran aspirar a ser candidato a Cort presenten sus credenciales ante el todopoderoso José María Rodríguez. Ese día, en caso de que no lo comunique antes, se despejará la gran incógnita y sabremos si Isern se presenta o se va a su casa.

También conoceremos si desde el aparato del PP le colocan un contrincante para arrebatarle la candidatura. O por el contrario, podremos constatar si desde la calle Génova han puesto firme a José Ramón Bauzá y le han ordenado que el candidato único es Mateo Isern. El alcalde ha jugado sus bazas con discreción y solo una de ellas, el abandono de la política, significará su derrota. En el resto tiene las de ganar.

El dilema de José Ramón Bauzá

Todas las fuentes consultadas advierten de que el president del Govern y del PP, José Ramón Bauzá, tiene más que perder que que ganar en el desenlace de su encarnizada disputa con el alcalde. Una imposición de Isern como candidato por parte de Madrid significaría una desautorización en toda regla para el jefe de los populares regionales. Su liderazgo podría quedar seriamente tocado ante las bases del partido y pasarle factura en sus pretensiones políticas de futuro. De igual modo, en caso de que Isern quiera dar batalla y le coloquen un adversario para derrotarlo en la junta territorial tampoco quedaría muy bien parado ante la opinión pública. Entre otras cosas, el aspirante digitado por la cúpula saldría muy condicionado. La gente entendería que es una persona teledirigida desde el Consolat.

El único escenario que representaría una gran victoria de Bauzá pasaría por la renuncia y desaparición política de Mateo Isern. Saldría con su liderazgo reforzado y pondría un candidato afín.