La partida de póquer que están disputando el president del Govern y del PP, José Ramón Bauzá, con el alcalde de Palma, Mateo Isern, se está desarrollando sobre el tablero de la callé Génova, sede nacional del PP. El entorno de Bauzá ha hecho llegar a Madrid que volver a colocar a Isern de candidato a Cort crearía una fractura de considerables dimensiones en el seno del partido. Por su parte, el primer edil afirma a sus allegados que tiene ilusión por seguir y confía en que su buen cartel en Madrid acabe por inclinar la balanza a su favor.

José Ramón Bauzá y José María Rodríguez, presidente de PP de Palma, tras la reunión del pasado jueves calificada por el entorno del alcalde de "encerrona", se dieron cuenta de que Mateu Isern no quiso revelar su estrategia y que estaba jugando sus cartas en Madrid. Al alcalde le dijeron que no lo querían de candidato y que no tenía el apoyo del partido y no se inmutó. Ante esta situación, el entorno de Bauzá envió varios mensajes a la cúpula nacional donde les recordaban que Isern de candidato crearía una importante división interna que podría tener consecuencias electorales. "Bauzá tiene decidido acabar políticamente con Isern por sus malas relaciones y no cesará hasta conseguirlo", apuntan en el partido.

Hasta tres fuentes diferentes del PP aseguraron que el mensaje del miedo a la división es el que están trasmitiendo desde el partido para defenestrar al alcalde de Palma desde hace semanas. Bauzá y su entorno argumentan también que la presencia de Isern podría desmotivar a la militancia durante la campaña electoral, especialmente en Palma donde se encuentran el 50% de los votos.

Esta partida de naipes se está jugando en un momento en el que el PP nacional tiene preocupaciones de mucho más calado para ellos que la designación del candidato a Palma. Mariano Rajoy y María Dolores de Cospedal deben resolver primero la crisis del ébola e intentar salir airosos del escándalo de las tarjetas en negro de Caja Madrid. Y ese puede ser un elemento clave para que la empresa de Bauzá y Rodríguez, con el claro objetivo de que el alcalde renuncia por su propia voluntad, triunfe.

Sin embargo, Mateo Isern ha comentado a sus allegados en las últimas horas que está tranquilo y con ganas de continuar. Sigue esperando el resultado de sus gestiones en Madrid y en otros ámbitos del partido en Mallorca para decidir su continuidad en el PP. Por ello, el domingo en declaraciones a este periódico aseguró que "en 4 días decidiré mi futuro". Hay que recordar que Palma es capital de provincia y en estos casos Madrid tiene la última palabra. El alcalde tiene una excelente relación con Cospedal y las encuestas del PP nacional lo colocan como uno de los primeros ediles mejor valorados de toda España.

Por primera vez en la historia del PP se ha abierto un proceso interno para designar candidatos municipales, después de que la propia María Dolores de Cospedal paralizara las primarias que querían organizar Bauzá y Rodríguez. En este caso, la cúpula del PP regional y de Palma pusieron en marcha el plan B que consiste en que en los municipios donde exista más de un candidato la junta territorial o local decidirá al mejor. En el caso de Palma, la junta territorial está absolutamente controlada por José María Rodríguez y acostumbran a realizar las votaciones a mano alzada, lo que merma las posibilidades de Mateo Isern si debe competir con otro candidato que cuente con el apoyo del aparato del partido. Las malas relaciones entre el president y el alcalde han convertido a Rodríguez en la figura clave para desbancar al primer edil.

Desautorización de Bauzá

En el entorno del president no esconden el temor a que si Madrid impusiera a Isern de candidato supondría una desautorización en toda regla del president del Govern que le dejaría en una difícil situación interna a escasos meses de las elecciones municipales y autonómicas. Por este motivo, están intentando convencer a Génova 13 de los inconvenientes de volver a colocar a Mateo Isern de candidato en Palma.

El primer edil sigue confiado en el PP nacional y no está mostrando sus cartas, pese a la continua insistencia de Bauzá y Rodríguez. El pasado jueves por la tarde se celebró la junta territorial de Palma. Los seguidores de Rodríguez volvió a insistir a Isern para que comunicase si su intención era presentarse. Pero el alcalde siguió con su norma de no dar pistas a la espera de sus gestiones en Madrid y de calibrar sus apoyos en Palma.

La cúpula popular con su estrategia de minar la moral del munícipe persigue que renuncie de forma voluntaria y colocar a un candidato afín a Bauzá que cuente con el beneplácito de Rodriguez.