En la UGT balear nadie quiere hacer el 'trabajo sucio' tras la marcha de su anterior secretario general, Manuel Pelarda. La falta de voluntarios a la hora de tomar las riendas de esta organización y hacer frente a su caótica situación financiera obligó ayer a recurrir a la fórmula de la gestora, al frente de la cual estará el secretario de Organización estatal, José Javier Cubillo, lo que en definitiva supone dejar temporalmente en manos de la dirección nacional del sindicato la salvación de su filial en el archipiélago.

Cubillo, que ayer viajó desde Madrid hasta Palma para buscar una salida a la situación que se vive en la UGT balear, no ocultó que el estado en el que se encuentra esta organización en las islas es muy delicado. En primer lugar, hay unos dos millones de euros 'enterrados' en una promoción de viviendas de protección oficial impulsada por el sindicato y que se encuentra actualmente en concurso de acreedores. Y a ello hay que sumar que los gastos que tiene esta organización superan los ingresos, lo que implica que se va a tener que aplicar un ajuste en su plantilla. Un trabajo que en estos momentos nadie quiere afrontar.

Cubillo incluso puso en duda que la marcha de Pelarda, tras menos de un año en la secretaria general de las islas, se deba exclusivamente a motivos de salud como se había esgrimido, y apuntó la posibilidad de que optara por dimitir ante la precaria situación que se está viviendo. Todo ello dejando caer alguna velada crítica al saliente y a su ejecutiva, sobre la que lamentó que hayan "faltado actitudes más diligentes" a la hora de hacer frente a los problemas antes señalados.

Contra las tesis de Madrid

El secretario estatal de Organización no ocultó que desde Madrid se hubiera preferido que saliera ayer algún candidato para asumir la secretaria general en Balears y hacer frente a todas estas cuestiones desde las islas.

Sin embargo, la ausencia de voluntarios ha obligado a constituir una gestora, que fue respaldada por 34 votos a favor y 33 en blanco, que el propio Cubillo presidirá y de la que formarán parte cuatro miembros de la actual ejecutiva insular: Alejandro Texias, Ana Landero, Xisco Mulet y Esperança Barceló. Dados los limitados poderes que esta gestora tendrá, muchas de las medidas que se tengan que adoptar deberán ser supervisadas desde Madrid.

En cualquier caso, el trabajo que este equipo deberá llevar a cabo es el de encontrar fórmulas para afrontar las cuestiones antes señaladas (como aplicar un sustancial recorte en los gastos del sindicato con el correspondiente ajuste de plantilla), de forma que el próximo secretario general, que será elegido en un congreso que se deberá celebrar en un plazo máximo de tres meses, se encuentre con parte del problema ya solventado.

En este sentido, a fecha de hoy el nombre que más suena para ponerse al frente de la UGT tras ese congreso es el de la que fuera secretaria general de Transportes y secretaria de Participación, Ana Landero, al contar con el respaldo del responsable de Servicios para la Movilidad y el Consumo, Antonio Copete, que está al frente de la sectorial con más poder actualmente en el seno de esta organización, ya que dispone de un 45% de los afiliados del sindicato en las islas.

Por otro lado, Cubillo reconoció que la ayuda financiera que la UGT estatal podrá prestar a su filial balear va a ser muy escasa, lo que obligará a reducir gastos. Sobre el 'agujero' financiero provocado por las 60 viviendas protegidas que se levantaron en Palma, el secretario de Organización apuntó la posibilidad de negociar una salida con la entidad financiera con la que UGT tiene comprometidos más de un millón de euros.

Sobre este último punto, desde el sindicato se reconoce que a principios de este año recibió una oferta de compra de ese inmueble de 60 viviendas, cuya construcción no se ha podido completar, por parte de la empresa Regia Alberri. Sin embargo, se asegura que la propuesta fue trasladada a la dirección nacional del sindicato, que optó finalmente por rechazarla por considerar que no ofrecía garantías suficientes.