Hace unos meses la Federación de Empresarios Hoteleros de Mallorca levantó una intensa polvareda cuando pidió rebajas tributarias exclusivas para sus negocios. Entre ellas había algunas que en general se leyeron como exigencia de privilegios sectoriales, pero se pasaron por alto otras que en realidad pretenden corregir discriminaciones sectoriales. Quizá la más importante afecta al IBI: los hoteles pagan en la mayoría de municipios un tipo más alto. Eso, sumado a subidas de los valores catastrales superiores al 50% en todos los casos, hace que la vicepresidenta de la Federación, Inmaculada de Benito, documente incrementos rayanos con el 300% en el recibo medio que pagan los hoteles. "Fácilmente un establecimiento está pagando entre 60.000 y 80.000 euros año y algunos están muy por encima", afirma. Y pone un ejemplo: en Santanyí hay quien este año afronta una carga de más de 400.000 euros para pagar las revisiones de los últimos cuatro ejercicios. De ahí que hablen de asfixia tributaria y adviertan de que los impuestos les quitan recursos vitales para financiar renovaciones o para retribuir mejor factores productivos clave, como la plantilla o los proveedores. "Urge una revisión de los valores catastrales. Solicitamos además que se plantee un porcentaje máximo de tasas e impuestos locales a aplicar a las empresas sobre sus resultados. No podemos asumir crecimientos exponenciales que restan competitividad y no aportan valor ni a la estructura empresarial ni a los destinos", sintetiza Inmaculada de Benito.