La organización ecologista GOB calificó ayer de "inaceptable" la situación en el parque nacional de Cabrera, donde, según denuncia, ha sido norma hasta ahora el vertido aguas sucias al mar sin tratamiento depurativo. "El pasado fin de semana un problema en una de las tuberías que llevan las aguas sucias hasta el mar generó un vertido de aguas fecales en el suelo, en la zona del campamento, haciendo evidente lo que de forma desapercibida ha sido norma hasta ahora: las aguas sucias se vierten al mar sin tratamiento depurativo", denunció la organización ecologista.

El Gob apuntó que ha denunciado a la conselleria de Agricultura Medio Ambiente y Territorio que las aguas sucias generadas en las instalaciones del puerto de Cabrera y del campamento no reciben tratamiento de depuración más allá de trituración de los sólidos. "Las aguas se vierten en la bahía del puerto a través de diferentes emisarios submarinos", aseguró.

Según indicó, se trata de "una situación inaceptable en un parque nacional" que debe ser resuelta de forma urgente. Y añadió que considera "muy preocupante" que la Conselleria impulse un albergue de 12 habitaciones dobles con baño que han aumentado los vertidos.

Por su parte, Oceana pidió ayer el cierre inmediato del refugio de Cabrera hasta que el espacio cuente con un sistema de última generación que garantice la depuración de sus aguas residuales y que los importantes ecosistemas marinos que alberga el parque nacional no serán afectados.

"Es inadmisible que se produzcan estos vertidos de aguas residuales en un Parque Nacional, la figura de protección más importante y exigente en España. Por ello, pedimos que se depuren responsabilidades", afirmó ayer el director ejecutivo de Oceana en Europa, Xavier Pastor. Según explica la entidad, cuando se comunicó la intención de abrir el refugio se garantizó que no causaría impacto sobre los ecosistemas marinos y que tenían todas las medidas de mitigación previstas.

Para la ONG es el momento de mejorar la gestión de Cabrera y ampliar los límites a zonas, en las que organismos, como el Instituto Español de Oceanografía y el CSIC, y ONG como Oceana, han demostrado la presencia de ecosistemas protegidos, como el arrecife de coralígeno del Fort d'en Moreu.