La consellera Camps quitó importancia ayer al hecho de que haya solo 11 inspectores para controlar el inicio de curso y la aplicación del TIL en los 400 centros educativos del archipiélago, después de que el martes decidiera no renovar la comisión de servicios de los inspectores accidentales que conformaban casi la mitad de la plantilla de este departamento.

La titular de Educación quitó hierro al asunto apuntando que no es la primera vez que la red educativa se encuentra en una situación así: “Nos encontramos como a principio de curso del año pasado”, resumió. Interrogada sobre la cantidad de trabajo que el menguado cuerpo de Inspección tendrá que asumir, Camps aseguró que “el jefe de Inspección -Francisco García Moles- se ve con fuerzas”.

La menorquina argumentó la decisión de no renovarles la comisión de servicio a estos profesionales -insistió en el matiz de que no se les ha echado, sino que simplemente no se les ha renovado- indicando que la Conselleria “está sometida a la legalidad”. Educación publicó esta decisión hace dos días -a menos de cinco jornadas del arranque escolar- después de que el TSJB sentenciara a principios de julio que hubo irregularidades en el concurso de méritos mediante el cual estos inspectores accedieron al cargo en 2013. En concretó, el TSJB dio la razón al STEI-i, que denunció que el secretario autonómico Guillem Estarellas había elegido a la comisión de selección a dedo, cuando debía haberlo hecho por sorteo. Así lo denunciaron varias entidades y así se lo advirtió a Estarellas, sin efecto ninguno, el Consell Consultiu.

Los directores, “perplejos”

Ante esta ‘no renovación’ la asociación de directores de Secundaria de Mallorca, ADESMA, expresó ayer a través de un comunicado su “perplejidad” -“una vez más”, precisaron- ante las decisiones de los responsables de Educación. Puntualizaron que ya no se trata solo de “la oportunidad” ante la inminente vuelta al ‘cole’, ni del “respeto por la necesaria planificación de la dirección de los centros” ya que, según recuerdan, estos inspectores han de volver a sus plazas en los centros, plazas que habían quedado sin cubrir “pendientes de una decisión inexplicablemente retrasada”. Sus críticas van más allá, y creen que con esta última actuación queda “seriamente comprometida la capacidad de Inspección para cumplir con profesionalidad”. Tachan de “preocupante” que desde un punto de vista estrictamente profesional, los directores han perdido la confianza “en la capacidad, profesionalidad y seny de los responsables de la educación en las islas”. Dudan que estos estén a la altura de “los enormes retos” que supone el sistema educativo balear.