"La imagen del personal de seguridad con las camisas empapadas no es la más adecuada para un aeropuerto, y hemos llegado al punto de tener que llevar abanicos desde casa para aliviarnos", afirma uno de los delegados del sindicato USO en Son Sant Joan. Porque si en algo coinciden los representantes de esta organización, de UGT y de CCOO es en que el sistema de aire acondicionado de estas instalaciones resulta claramente insuficiente. Incluso se va más allá, y se apunta el caso de un niño de 7 u 8 años al que hubo que atender el mes pasado en los filtros de seguridad al sufrir un ligero desvanecimiento a causa de las elevadas temperaturas.

Desde el aeropuerto se defiende que el funcionamiento de los sistemas de refrigeración funciona correctamente, aunque se recuerda también que la normativa de ahorro energético exige que la temperatura en los recintos públicos refrigerados no baje de 26 grados.

Crítica unánime

Pero los trabajadores distan mucho de estas satisfechos con el cumplimiento de esta imposición. Así, Onofre Pol, de CCOO, denuncia que los clientes de la zona comercial "si están fresquitos, pero no sucede lo mismo con el resto de la planta de salidas, especialmente en los filtros de seguridad por la concentración de personas que se registra en este punto".

Desde este mismo sindicato, Rafaela Astorga recuerda el caso de un niño de 7 u 8 años que hubo que llevar a la sala de auxiliares de servicio, donde la temperatura es algo más baja, para ser atendido y darle un refresco, después de sentirse indispuesto a causa del calor en ese punto.

José Cambrón, de UGT, respalda estas denuncias y lamenta la imagen que ello supone para los visitantes. En su opinión, parte del problema está en el deficiente mantenimiento de las instalaciones de Son Sant Joan, lo que genera averías no solo en los sistemas de refrigeración, sino también en las cintas de maletas o en los ordenadores.

Según el representante de UGT, la política de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (Aena) de reducir gastos para obtener el máximo beneficio es la responsable de estas deficiencias, que terminan pagando tanto empleados como pasajeros. Y en este sentido, pone de relieve la falta de equidad entre lo que Aena exige en el cobro de tasas y similares y lo que ofrece.

Desde USO, Jaime Grimalt se suma a las críticas y confirma las malas condiciones de refrigeración existente en algunas zonas. "No puede ser que se dé el mismo tratamiento a la zona de controles de seguridad a las dos de la tarde, cuando está llena de gente, que a las once de la noche, cuando está casi vacía", destaca. Y coincide en que parte del problema del aeropuerto radica en la deficiente inversión que se hace en su mantenimiento, lo que en su opinión provoca que haya zonas en las que la limpieza muestra evidentes deficiencias. Personal de seguridad vinculado a este último sindicato indica que en alguna ocasión se han presentado denuncias ante la Inspección de Trabajo, que ha comprobado que la temperatura era excesiva, pero que en estos casos la excusa del aeropuerto ha sido la de alguna avería puntual, sin que el problema se haya solventado. Por ello, apunta que se ha tenido que recurrir a soluciones tradicionales, como es el llevar desde casa abanicos al trabajo.