La guerra sucesoria queda abierta en la UGT balear. Su actual secretario general, Manuel Pelarda, presentó su dimisión, tal y como adelantó Diario de Mallorca, cuando todavía no se había cumplido su primer año de mandato. Y todo ello en un momento en el que el sindicato registra apreciables divisiones internas -nadie oculta las tensiones existentes entre sus dos federaciones más importantes, como son la de Hostelería y la de Servicios Públicos- y una precaria situación financiera que está provocando que sus trabajadores estén percibiendo sus retribuciones con unos dos meses de retraso.

Manuel Pelarda, de 61 años, accedió el pasado mes de mayo a la jubilación, y justifica su marcha tanto por el hecho de que “un secretario general no puede estar a media jornada” como por sus problemas de salud. Pero desde su entorno no se ocultan las fuertes tensiones que ha vivido durante los últimos meses en el seno de la UGT.

Esta voluntad de dejar el mando fue expuesta durante la reunión que se celebró de la comisión ejecutiva de esta organización en Balears. Pelarda se planteó hacer efectiva esta salida durante el pasado mes de junio y optó finalmente por esperar a que concluyera el periodo de vacaciones estivales para dar este paso de forma definitiva.

División interna

Manuel Pelarda sucedió a finales de septiembre del pasado año a Lorenzo Bravo, el secretario general más longevo que ha tenido esta organización, con 20 años en el cargo. En ese momento ya se puso en evidencia que la UGT presentaba una notable división interna a causa del enfrentamiento protagonizado por sus dos federaciones más importantes.

Pelarda llegó al cargo con el respaldo de la federación de Hostelería, que tras su fusión con la de Transportes se ha convertido en la más importante, pero con la oposición de la de Servicios Públicos, que no respaldó esa candidatura, lo que dejó que su elección se aprobara solo un 64% de los votos.

Según se reconoce en el seno de la UGT balear, nada ha cambiado en el último año para suavizar este enfrentamiento, aunque se señala igualmente que tras la fusión de Hostelería y Transportes será el máximo responsable de esta nueva federación, Antonio Copete, el que tenga la última palabra a la hora de decidir el nombre del nuevo secretario general de esta organización en las islas.

A lo expuesto hay que añadir el grave problema financiero del sindicato, que está provocando que desde la primavera sus trabajadores estén teniendo problemas para percibir sus salarios.

Hay que recordar además que su promotora de viviendas (Habitatges i Serveis de ses Illes Balears) se encuentra en concurso de acreedores tras el fallido proyecto en la ventas de pisos de la calle Jeroni Pou.