Antonio Alemany mostró durante la instrucción de su caso, una pieza separada del sumario Palma Arena, una actitud de claro enfrentamiento con el juez Castro y los fiscales anticorrupción que le estaban investigando.

Desde los medios de comunicación que controlaba, o en los que colaboraba, Alemany se hartó de acusar a magistrados y fiscales de persecución contra él y de cometer un delito de revelación de secretos, por las informaciones relativas a su causa.

El ahora preso también extendió sus imputaciones a algunos medios de comunicación, a los que imputó el hacer de cómplices de los jueces y fiscales a la hora de mantener el secreto sobre el sumario.

En la vista oral contra él, Jaume Matas, el empresario Miguel Romero y el exdirector general de Comunicación del Govern, Joan Martorell, Alemany se mostró exultante y muy comunicador con la prensa. Tras ser condenado por malversación de caudales por el Tribunal Supremo, el periodista reclamó el indulto al Gobierno, que le fue denegado.