Era renovarse o morir. Y viven. Mejor que nunca además. Los hoteleros que en los últimos años han apostado por invertir en Mallorca para modernizar sus establecimientos, elevarlos de categoría o especializarlos empiezan a recoger beneficios y a crear empleo a "velocidad de crucero". Lo confirma el presidente de la federación hotelera, Aurelio Vázquez, también ejecutivo de Iberostar, que detalla que en su cadena todas las reformas ejecutadas han acabado igual: con un rotundo éxito. Sin excepción. Y han remodelado de punta a cabo seis grandes hoteles, a los que este invierno se sumarán otros dos, decenas de millones de euros de apuesta que amortizarán en un periodo de entre siete y ocho años.

Por eso Vázquez recalca que la inversión es el único camino. "Cuando pones sobre la mesa tanto dinero como exige una reforma para ganar categoría el riesgo siempre existe, pero estamos en el momento caliente de Mallorca. Hay que aprovechar las circunstancias óptimas en lo normativo, en las perspectivas para los próximos años e incluso en lo crediticio, que los bancos vuelven a dar crédito, para invertir. Es el momento, ahí están los resultados de quienes hemos apostado: los números mejoran", reflexiona Vázquez, que se ha pasado meses peleando (sin mucho éxito pedagógico) para defender que la contención salarial que pretenden los hoteleros libera recursos indispensables para que los empresarios reinviertan y garanticen el futuro del empleo y la economía mallorquina.

Y lo mismo cuentan en el resto de cadenas hoteleras grandes y pequeñas consultadas por Diario de Mallorca, que hablan de incrementos de facturación tan grandes que parecen ficticios, con ingresos duplicados y beneficios operativos que crecen más de un 130% en algunos casos. Un ejemplo perfecto sale de Meliá, grupo que se ha propuesto convertir Magaluf en algo más que un lupanar para ingleses amantes del sexo de borrachos. Pues bien, según los datos que facilita la propia cadena de la familia Escarrer, los tres hoteles que han remodelado en Calvià (Katmandú Park, ME Mallorca y Meliá Wave House) se apuntan un aumento medio de los ingresos por habitación del 31,2%, con picos como el 94,5% del ME Mallorca (casi el doble). También se dispara la ocupación, que de 2013 a 2014 crece de media un 7,4% en los tres hoteles, con un máximo del 63% en el de más nivel de los tres, precisamente el ME Mallorca.

Dinero para proveedores

¿Compensa pues invertir para remodelar? Pues sí. Tanto que Meliá seguirá inyectando millones a borbotones en la zona, con las obras en el antiguo Sol Jamaica y las reformas integrales de Sol Antillas, Sol Barbados y Sol Guadalupe. Muchos soles nuevos para una Magaluf que anda últimamente sumida en la oscuridad de los titulares sobre excesos sexuales y etílicos. La apuesta de momento ha costado 86 millones, pero acabará superando ampliamente los 100. Y ya hay réditos para el conjunto de la sociedad mallorquina: más allá de que Meliá gane más gracias a los riesgos asumidos con la inversión, la plantilla de los establecimientos implicados en el proyecto pasó de 729 personas en 2012 a 829 en 2013 (un 13% más), y ha seguido aumentando en 2014, mientras las obras disparaban las cifras de contratación de empresas proveedoras y aumentaban la demanda de servicios auxiliares para dar más calidad a los clientes. "Con las reformas al final subes la cifra de negocio global y eso redunda en que todas tus empresas auxiliares y proveedoras ganan más y le dan estabilidad a sus plantillas", comenta Aurelio Vázquez, al que dan la razón en la propia Meliá o en cadenas como Riu, Viva Hotels e Hipotels, por citar a tres de las que más están invirtiendo en Mallorca en los últimos años.

Aunque no todo son reformas para subir categoría. Hay otro camino. El de la especialización y el cambio de modelo. Es lo que han hecho por ejemplo en Viva Hotels, cuenta Antoni Omar, uno de sus ejecutivos de referencia, que aclara que cada año reinvierten gran parte de los beneficios en remodelaciones: "Estamos muy satisfechos. En los últimos años hemos hecho reformas estructurales en 18 hoteles para ganar calidad y categoría, pero también para especializar hoteles. El resultado en todos los casos es que aumenta la rentabilidad y la ocupación". Así que se amortiza la inversión en menos de un decenio. Queda claro con otro caso de éxito de la cadena de los Escarrer, que en su Meliá del mar hicieron dos cosas. Primero, pusieron 16 millones de euros para remodelarlo, con el resultado de que la tarifa ha pasado de 192 a 236 euros entre 2007 y 2011, un incremento del 23% que disparó un 33% el ingreso medio por habitación y propició que la plantilla creciese un 23%. Y después de eso, ya sin andamio ni obra, reposicionaron el hotel como "solo para adultos", con lo que incrementaron en total un 37% la tarifa y vieron cómo se disparaba el beneficio operativo en un 133%.

También están contentos en Riu, otro de los grandes inversores de esta Mallorca de la calidad creciente. Sin ir más lejos, este verano estrenaron el remozado Riu San Francisco. Reconvertir el establecimiento que en 1953 se convirtió en el primer hotel de la cadena costó 8 millones, que sirvieron para subir a la categoría de 4 estrellas superiores y, de paso, aumentar la oferta de habitaciones de 133 a 165, mientras se instauraba una receta de moda: hotel solo para adultos. ¿Qué ha pasado? Pues a media temporada, y a falta de cifras definitivas, en la cadena se declaran contentos. "Hemos conseguido aumentar la noticia gracias a la mejora del producto", dicen, antes de detallar que de momento ya saben que tienen un nivel de ocupación similar al anterior, solo que con más habitaciones y precios más elevados. Y eso son más ingresos y beneficios con los que ir amortizando la apuesta. Y con lo que lanzarse a por más: la cadena tiene ya en marcha en la misma zona, Platja de Palma, la reconversión del Riu Bravo (más de doce millones de inversión estimada).

El ejemplo se repite en casi todas las cadenas. Tanto grandes como pequeñas. Hay un dato que describe la efervescencia inversora que se vive en los últimos meses: según un informe de la consultora CBRE, durante los primeros seis meses de este año las empresas hoteleras metieron más dinero en reformas y mejoras que en todo 2013. Y subiendo: en 2014 se espera el invierno con más obras en zonas como Platja de Palma y Calviá. "Hay en el sector mucha gente haciendo cosas muy interesantes e innovadoras, como el proyecto de Hoteles OD en Portals, una empresa más pequeña que lo está haciendo muy bien. Es el momento de modernizarse", insiste el líder patronal, Aurelio Vázquez, convencido de que los hoteleros dan en la tecla apostando por su isla. Era renovarse y vivir, y lo están haciendo.