El juez José Castro en su auto de finales de junio pasado atribuye a Iñaki Urdangarin un delito de estafa, que antes no se había barajado nunca.

Esta acusación se deriva de las facturas falsas y otras artimañas que el duque de Palma empleó para conseguir dinero de la Generalitat de Valencia, con la excusa de trabajos y gestiones inexistentes para la organización de los Juegos Deportivos Europeos, una especie de olimpiadas continentales que nunca llegaron a organizarse.

El celo de una alta funcionaria de la Generalitat de Valencia impidió que Nóos estafase más dinero, al rechazar decenas de facturas por entender que los trabajos reseñados en ella no se habían realizado.

Nóos, pese a las reticencias de esta funcionaria, consiguió cobrar de la Generalitat casi 300.000 euros.