El linfedema es una patología que afecta a las mujeres que han sido tratadas de cáncer de mama y que se manifiesta con una invalidante hinchazón de brazos, que aumentan su perímetro y peso hasta casi hacerlos inservibles y que, ahora, ya tiene solución quirúrgica en el hospital de referencia de esta comunidad, que ayer presentó en sociedad este adelanto asistencial.

El doctor Jaume Estrada, jefe del servicio de cirugía plástica y reparadora que se encarga de este tipo de intervenciones, explicaba ayer la génesis de este problema: "El linfedema se produce cuando la circulación del líquido linfático de la extremidad se ve interrumpida. Normalmente ocurre porque a una mujer tratada de cáncer de mama, aparte del pecho, se le han extirpado los ganglios de la axila y ha sido sometida a radioterapia. Por eso se interrumpe la circulación linfática y eso produce la hinchazón del brazo cercano al seno donde ha aparecido el tumor. Hace unos diez años esta problemática afectaba a uno de cada cinco pacientes con cáncer de mama", señalaba el cirujano al tiempo que matizaba que, en la actualidad, con la evolución de los tratamientos para estos tumores, los linfedemas aparecen en un cinco por ciento de los casos. No obstante, recalcó el doctor Estrada, "todavía tenemos pacientes históricos con este problema".

Porque el linfedema provoca muchas molestias que enumeró el especialista: "El brazo puede doblar su anchura, llegar a supurar líquido linfático por heridas y, en algunos casos, incluso desarrollar otro tumor".

Hasta esta primera intervención curativa realizada en Son Espases el pasado mes de marzo, el tratamiento de esta patología era sintomático, esto es, se trataba con prendas de compresión, con drenajes linfáticos y con fisioterapia. Pero todo comenzó a cambiar cuando hace unos diez años el hospital Sant Pau de Barcelona realizó la primera intervención de este tipo. Hoy en día hay una docena de hospitales en todo el país capaces de llevarla a cabo a los que se acaba de sumar Son Espases.

Porque se trata de una operación compleja que, reveló el responsable del servicio, han de acometer entre tres y cuatro cirujanos y que se dilata durante unas cinco horas "porque en realidad se trata de dos intervenciones que se realizan de forma simultánea".

"Se trata de un autotrasplante porque a la paciente se le extirpan dos o tres ganglios linfáticos unidos a una arteria y una vena de su propia ingle que luego se le reimplantan en la axila empalmando la arteria y la vena con otros vasos", explicaba sucintamente el doctor Estrada una intervención de gran complejidad que requiere de los recursos humanos y el tiempo mencionados porque el calibre de los vasos sanguíneos tratados no supera el milímetro.

Las previsiones actuales pasan por realizar entre diez y doce operaciones al año para tratar estos linfedemas ya que, reveló el responsable del servicio, "realizaremos unas noventa operaciones de microcirugía vascular al año, la gran mayoría de las cuales, en torno al 50%, son de extirpación y reconstrucción de mamas en la misma intervención".

Con esta nueva técnica se estima que el brazo hinchado que antes era tratado únicamente para aliviar los síntomas ahora pueda estar totalmente recuperado en un año y medio como máximo.