José “Pepote” Gómez, el exjefe del Grupo de Atracos de la Policía de Palma, que fue detenido y condenado en el llamado caso Son Banya por extorsionar a La Paca, puede volver a ser inspector . Así lo ha determinado una sentencia de la Audiencia Nacional, por la que se anula la decisión del ministro de Interior, en la que acordaba imponerle la sanción de separación del servicio.

El tribunal, por un fallo administrativo, anula dicha resolución del ministro, por lo que se deja sin efecto la decisión de suspenderle como funcionario policial. Por tanto, si se ejecuta esta sentencia, el exjefe del Grupo de Atracos podría plantear su reincorporación al Cuerpo. Además, mantendría la misma categoría laboral, es decir, la de inspector, por lo que podría volver a tener a otros policías bajo sus órdenes.

Esta decisión no es firme y con toda seguridad la Abogacía del Estado presentará un recurso ante el Supremo. Mientras tanto, José Gómez seguirá apartado del Cuerpo. Fue suspendido hace más de seis años, después de que sus propios compañeros, tras una investigación del grupo de Asuntos Internos, le detuvieran.

Al tratarse de un funcionario de la Policía condenado por delito grave, Interior automáticamente propone su expulsión del Cuerpo. En este caso, el Ministerio de Interior aplicó esta drástica medida como consecuencia de la condena que la Audiencia de Palma impuso al inspector de atracos. Gómez fue declarado inicialmente culpable de un delito de blanqueo de capitales procedente del tráfico de drogas, otro de cohecho activo, falso testimonio y omisión del deber de perseguir determinados delitos. La pena inicial que fijó el tribunal fue de nueve años y medio de cárcel, más otros dos años de suspensión para empleo o cargo público.

El condenado presentó un recurso ante el Tribunal Supremo contra la sentencia dictada por la Audiencia de Palma. Los jueces atendieron su petición y anularon la condena por el delito de blanqueo de dinero. Por tanto, la pena de prisión quedó fijada en cinco años y medio, que el policía ya cumplió en una cárcel de la Península. También cumplió los dos años de suspensión.

Una vez confirmada la sentencia, el Ministerio de Interior inició la tramitación de un expediente disciplinario de expulsión. Aplicó el artículo que castiga “cualquier conducta constitutiva de delito doloso”, en este caso debido a la condena impuesta al exjefe del Grupo de Atracos.

El expediente disciplinario, según detalla la sentencia de la Audiencia Nacional, se inició en el momento que Interior tuvo constancia de la firmeza de la sentencia de la Audiencia de Palma. La fecha se sitúa el día 11 de febrero de 2011. En este tipo de procedimiento, según detallan los jueces, el proceso administrativo para concretar la suspensión no es eterno. El plazo máximo desde el momento en el que se inicia el expediente, hasta que se comunica la resolución al afectado, es de seis meses. Sin embargo, en el caso de Gómez, y de allí que se anule la decisión del ministro, no se han cumplido los plazos. Al exinspector no se le notificó la resolución hasta once meses después. Este error administrativo es el que ha provocado que haya quedado sin efecto la decisión de suspender a Gómez y apartarle definitivamente de la Policía.

El dinero de los traficantes

Hace meses que el policía ha terminado definitivamente de cumplir la pena de prisión que le impuso la Audiencia de Palma. No ha vuelto a vestir el uniforme desde el mismo día que fue detenido al comprobarse que había estado chantajeando a La Paca, aprovechando que estaba dirigiendo una investigación sobre un robo millonario que se había cometido en el poblado de Son Banya. Se trataba del dinero que los traficantes escondían y que procedía del tráfico de drogas.

El policía utilizó a un ciudadano paraguayo, que había sido torturado para que detallara el lugar donde se encontraba depositado el dinero. Casualmente, la abogada que representaba a esta víctima era la compañera sentimental del policía. Pepote Gómez le aconsejó a La Paca que pagara el dinero que le exigía el denunciante, ya que de lo contrario tendría que cumplir un largo periodo de cárcel. La Paca llegó a entregarle más de 600.000 euros en metálico al inspector. Una parte del dinero se lo entregó al hombre torturado, pero el resto se lo quedó él y su pareja. El dinero nunca ha aparecido.

Tras salir de la cárcel, Pepote Gómez regresó a Mallorca. Nunca se ha escondido, a pesar de que se le ha declarado como un policía corrupto. Hace varios meses abrió un restaurante junto a su pareja en la calle Sant Magí, especializado en comida extremeña. Ahora, gracias a este grave fallo administrativo, podría volver a vestir el uniforme de Policía.