En la isla en la que los chinos compran hoteles de cinco estrellas se ha quedado viejo aquello de “trabajar como un chino”: a la luz de los datos, al tópico hay que cambiarle el gentilicio y añadirle un oficio, para reformularlo con un “trabajas más que un empleado de hotel de Mallorca”. Que es mucho trabajar. O mejor dicho: que es trabajar más que ningún contratado de hotel del resto de España. Lo constata el informe de movimientos turísticos del Ministerio de Turismo, que revela que cada empleado de hotel de Mallorca carga sobre sus espaldas 150 pernoctaciones de clientes al mes, una cifra que se dispara hasta las 166 en los hoteles que más exprimen a sus plantillas en toda España, los de Calvià.

El número toma dimensión cuando se compara con el resto de destinos turísticos: únicamente en la muy masificada Costa Blanca alicantina los hoteles ocupan a sus empleados con volúmenes de faena similar (156 pernoctaciones de clientes por empleado). El resto del turismo español da más respiro a sus plantillas. Sobre todo en Canarias: las otras islas, las del Atlántico y el lleno turístico en otoño y primavera, contratan más trabajadores para atender a cada cliente. El resultado es que en Tenerife el empleado medio atiende 111 pernoctaciones, por las 109 de un trabajador de Gran Canaria. O dicho de otro modo, a los profesionales de la hotelería canaria los exprimen un 35% menos que a los de Mallorca.

Y no por ello en Mallorca se cobra más. Al contrario. El salario medio del trabajador mallorquín en temporada alta es de 1.612 euros brutos al mes, lejos de los 1.741 euros que se percibe de media en España en el sector servicios. Y bajando, que los mejores años turísticos se han saldado con pérdidas de poder salarial. Lo corroboran dos fuentes distintas: un informe de los economistas de la Universitat de Illes Balears Llorenç Pou y Joaquín Alegre, y una auditoría a 170 hoteles mallorquines realizada por la consultora especializada Moore Stephens. Los primeros, los profesores universitarios, han cogido los datos de Contabilidad Regional del Instituto Nacional de Estadística para concluir que entre 2010 y 2012 las empresas del sector turístico balear vieron su valor añadido incremento en 556 millones, que en un 97% acabaron en manos de los empresarios, mientras el 3% restante iba a parar a las plantillas. Así que ganan unos pocos con el esfuerzo de muchos. A ello apunta también la segunda fuente citada, la auditoría de Moore Stephens, que constata que en dos años el beneficio neto de los hoteles creció un 55%, mientras el coste medio por empleado bajaba un 0,92%.

Más calidad, más plantilla

Aunque la presión laboral varía mucho en función del modelo turístico. Se nota en la propia isla, donde la carga de trabajo está directamente ligada a la calidad que ofrece el destino. Los trabajadores más exprimidos son de hecho los de Calvià, donde 5.245 empleados hacen frente al mes a 874.576 pernoctaciones (datos de mayo, los últimos disponible) Y eso son 166 por nómina.

En cambio, en Alcúdia, con un porcentaje de ocupación de camas mayor incluso que el de Magaluf, los esfuerzos laborales se reducen a la mitad:cada uno de los 3.625 trabajadores hoteleros de la zona asume de media 92 pernoctaciones. Claro que las hordas de británicos en busca de alcohol barato que rondan Calvià tienen poco o nada que ver con los clientes de Alcúdia y sus hoteles de calidad creciente.

Y es que la oferta de calidad genera empleo de calidad. No podía ser de otra manera. En los hoteles de cinco estrellas de la isla a cada trabajador le corresponden 58 pernoctaciones de clientes, nada que ver con las 158, el triple, que ahogan a las plantillas de los establecimientos tradicionalmente más masificados, los de tres estrellas. Aunque los de cuatro estrellas van pareciéndose poco a poco a los de tres: en vez de incrementar sus plantillas para acercarse en calidad a los hoteles de cinco estrellas, aumentan sus volúmenes de clientes, para parecerse a los negocios de nivel inferior, con lo que acaban disponiendo de un trabajador por cada 134 pernoctaciones. Y en mayo, que la carga de trabajo se disparará en el mes de julio que ya se asoma al calendario, cuando Mallorca espera reventar su máximo histórico de ocupación hotelera.

Todo para que las empresas hosteleras y hoteleras de la isla sean más rentables que nunca. Que ya es decir. Más datos ilustrativos, en este caso de la encuesta de gasto turístico que elabora el Ministerio de Turismo: el sector turístico Balears facturó en el año 2013 una cifra total de 10.683 millones de euros. Y solo entre los turistas extranjeros. ¿Muchos euros? Muchísimos. El sector tuvo de media 68.731 trabajadores cotizando durante el año 2013, con lo que la facturación por empleado ascendió a 156.204 euros. No está nada mal para trabajadores que de media perciben 14.234 euros de salario al año, con lo que generan once veces su sueldo.

Gracias a ello, las empresas hosteleras baleares son las que más facturan por empleado. Frente a los 156.204 euros que genera cada trabajador del sector en las islas, la facturación por empleado andaluz es de 53.919 euros anuales, que bajan a 53.482 euros entre los valencianos y 35.574 en Madrid. Solo los canarios, con 117.449 euros de facturación media por empleado hostelero, se acercan a las islas. Claro que allí trabajan un 35% menos, que ya saben, ni los chinos le dan tan duro como los empleados del turismo mallorquín.