No eran muchos, pero estaban todos. Con la agenda de manifestaciones repleta hasta el hastío de los propios manifestantes, la plataforma Marcha por la Dignidad afrontaba ayer el difícil reto de abarrotar Cort antes de recorrer el centro de Palma rumbo a la sede del Govern balear.

No lo consiguieron, pero sí se apuntaron un buen gol: en la protesta no faltaba ni uno solo de los colectivos, partidos, federaciones, movimientos y agrupaciones que desde hace tres años plantan cara a la política general de recortes de los gobiernos del PP en España y Balears.

Entre los alrededor de 200 manifestantes que a las 18.00 horas le ponían color a un centro de Palma ayer muy tranquilo había representantes de Més, de Podemos, de Esquerra Unida, del PC, del movimiento educativo Crida, de los ecologistas del GOB, de sindicatos como STEI, CGT, UGT y CC.OO., de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, de colectivos varios como Jubilats per Mallorca y de agrupaciones que defienden la sanidad pública. No faltaban ni los activistas contra la ampliación del puerto del Molinar, entreverados con banderas baleares y catalanas. Hasta había banderas republicanas, que ayer ya no estaban proscritas como durante la coronación de Felipe de Borbón.

La amalgama se movió en paz y buen humor desde Cort hasta el Consolat, sin más sobresalto que alguna consigna contra los tijeretazos sanitarios y la imposición del trilingüismo que agita la educación desde hace meses. Aunque el lema de la marcha iba directo a lo más básico para una sociedad que, según Cáritas, tiene a una de cada cuatro familias en situación de exclusión social: "Pan, trabajo y techo son nuestros derechos", defendía la protesta, en la que explicaban que son muchos los que en Balears viven en situación de "emergencia social", mientras los hoteles se llenan cada verano y la facturación de las grandes empresas crece. Piden por ello una sociedad "más solidaria", "más justa" y, en definitiva, "con mas dignidad para todos", que de eso iba la marcha de ayer.