­Si en los últimos años ha sufrido un accidente o una enfermedad degenerativa que le postró en una cama con la movilidad reducida a prácticamente cero, seguro que conoce Predif: ellos se encargan, desde 2010, y gracias a un convenio con el Govern, de convertir a una persona que no puede siquiera vestirse sola en alguien capaz de desplazarse por Mallorca en solitario, estudiar o incluso trabajar, sin depender para ello de la ayuda constante de un tercero. Lo han conseguido ya con 1.500 usuarios y familiares de usuarios con discapacidades severas. Pero si mañana sufre usted uno de esos accidentes o una patología capaz de atraparle dentro de su cuerpo sin posibilidad de moverse, olvídese de que le enseñen a volver a la sociedad: el servicio ya no existirá, o será un sucedáneo tan devaluado que no cumplirá su misión. O eso se temen en Predif, la federación de personas con discapacidad que se encarga del Servicio de Promoción de la Autonomía Personal y el Apoyo a la Vida Independiente, que ayer anunció su renuncia al concurso para seguir prestando la atención sin lucro alguno.

El concurso lo convocó el Govern hace unas semanas, con una reducción de presupuesto sin precedentes: pasa de 619.000 euros al año a 301.000. Menos de la mitad, por un servicio que en realidad Predif estaba prestando por 450.000 euros al año, como consecuencia directa de los retrasos en el pago del Govern. El caso es que esos 150.000 euros de ahorro (que no dan siquiera para pagar la nómina de cargos políticos de la conselleria de Benestar creada hace solo unos meses) son la clave de la retirada de Predif, asociación que explica que ese recorte a la mitad del programa hacen el servicio "inviable económicamente". Aunque, recalcan, no es el dinero lo que preocupa, ni siquiera que Predif preste o no el servicio, sino el hecho de que con ese presupuesto la "atención a las personas con discapacidad será imposible", relata Matías Bosch, presidente de Predif.

Las cuentas no salen, aclara, antes de explicar que en la promoción de la autonomía personal trabajan ahora 22 personas, que deberían ver reducido su sueldo a la mitad para ajustarse a lo que ahora pretende la consellera Sandra Fernández. "En la Conselleria dicen que es que aquí la gente cobra mucho, que los salarios son mucho más altos de lo que corresponde, pero no es cierto: una trabajadora social de Predif cobra 1.400 euros al mes, cuando una profesional que ejerce como funcionaria cobra 2.000. Y si miramos el convenio sectorial privado, esa misma trabajadora cobra 1.000 [la mitad que alguien de la conselleria], con lo que por mucho que reduzcamos, no daría para pasar a la mitad de presupuesto. El convenio que quiere aplicar ahora [el Govern Bauzá] implica pagar 700 euros a una auxiliar de enfermería, que en el caso de las que tenemos aquí, son profesionales muy motivadas, muy preparadas, con experiencia y plena entrega a un servicio fundamental para cientos de personas. ¿Considera el Govern que eso no es digno de cobrar 900 euros?", lamenta Bosch. Y las tablas salariales de la función pública y Predif confirman sus palabras: en la administración, dentro de la propia Conselleria de Benestar, los profesionales cobran hasta un 60% que en Predif por ejercer de lo mismo.

Usuarios indignados

La indignación con el recorte tiene eco tanto en los trabajadores como, sobre todo, en los propios usuarios, que han enviado 250 cartas a la consellera para que respete un programa que les ha permitido recuperar el pulso de sus vidas,tras experiencias en muchos casos traumáticas. La preocupación, dice Bosch, es que se va a perder el trabajo de "cinco o seis años". Se refiere a cuestiones como que el Govern ha redactado un pliego de condiciones en el que no exige a quien se vaya a hacer cargo del servicio tener experiencia previa en promoción de la autonomía personal, del mismo modo que el concurso se olvida de los programas técnicos de apoyo que se aplican ahora en Mallorca (en la vanguardia de España), para sustituirlos por lo que había hace casi una década, cuando apenas se hablaba de autonomía personal.

"Ni siquiera quieren que la nueva empresa se subrogue al personal, cuando no hay gente más preparada para este servicio: llevan años prestándolo. El único criterio que de verdad importa es el económico", denuncia el presidente de Predif, que apela a los altísimos índices de satisfacción de las 1.500 personas que vieron su vida parada y volvieron a ponerla en marcha con Predif y un servicio de apoyo que ahora desaparece de la mano del Govern Bauzá.