El famoso tenista alemán Boris Becker podrá continuar disfrutando de su lujosa vivienda de Son Coll, en Artà, al haber abonado en el último minuto la deuda que le reclamaba el constructor que realizó las obras de reforma. La vivienda, que tiene un valor aproximado de nueve millones de euros, iba a ser subastad ayer al no hacer efectivo el pago de la deuda que le reclamaban al deportista alemán. Varios inversores se interesaron por adquirir la propiedad, que salía a la venta por unos siete millones, algo menos de su valor real. Becker fue condenado a abonar los gastos de la reforma que encargó, valorada en 430.000 euros. Los arreglos consistieron en trabajos de rehabilitación de la finca, mantenimiento de la propiedad, reparaciones de fontanería, electricidad y carpintería, así como una nueva pavimentación de una pista de baloncesto.

El constructor, ante la reiterada negativa de Becker de abonar esta elevada factura, se vio obligado a presentar una demanda en los juzgados de Palma. La juez lo vio claro. Los trabajos se habían realizado y el dueño de la propiedad no los había pagado. Por tanto, Becker fue condenado a pagar la factura que le reclamaban.

El deportista alegó que las obras no las había encargado él. Dijo que en realidad las había encargado el empresario Matthias Kühn, al que había propuesto que se encargara de vender la finca. Según Becker, acordaron que esta reforma se iba a descontar del precio de venta. Sin embargo, esta versión de los hechos no fue aceptada en su momento por la magistrada, entre otras cosas porque el empresario inmobiliario señaló que se había limitado a encargar los trabajos por cuenta del dueño de la finca, sin que existiera ningún acuerdo sobre la posibilidad de descontar la factura del precio de la venta.

A pesar de que existía esta sentencia que le ordenaba pagar al constructor que realizó las obras, Boris Becker no cumplió la orden judicial. Por ello, a petición del constructor, el juzgado tuvo que proceder a la venta en pública subasta de la finca. Si se hubiera vendido, se habría descontado el dinero que tenía que cobrar el demandante y el resto se lo hubieran entregado al extenista alemán.

Dicha subasta se debía celebrar en la mañana de ayer en el juzgado de primera instancia número 21 de Palma. Varios inversores se habían interesado por pujar, debido a que la propiedad se vendía por debajo de su valor real.

Sin embargo, finalmente la subasta no llegó a celebrarse. El representante legal de Boris Becker comunicó ayer por la mañana al juzgado que poco antes se había procedido a saldar la deuda que se le exigía. El constructor confirmó también que había cobrado la factura. De esta forma, Becker evitaba que su lujosa mansión de Son Coll se vendiera en subasta y, por tanto, podrá continuar disfrutando de la propiedad.

No es la primera vez que el tres veces campeón del torneo de Wimblendon tiene problemas con la casa que adquirió en Mallorca hace 17 años. La propiedad, que dispone de nueve habitaciones, fue embargada al no hacer frente tampoco a la deuda que le reclamaba el jardinero, que presentó una factura de 340.000 euros por los trabajos realizados. Finalmente también pagó la factura.

Becker puso a la venta esta lujosa mansión en el año 2007 por un precio de 15 millones de euros. Sin embargo, no consiguió ningún comprador.