A pesar del severo régimen de incompatibilidades que sufren los funcionarios de la Guardia Civil, un juez ha permitido a un agente de la Comandancia de Palma que desarrolle dos profesiones. Seguirá cumpliendo sus obligaciones dentro del cuerpo de la Benemérita, pero también podrá trabajar como graduado social.

Este funcionario ha tenido que recurrir a los tribunales de Justicia, que han dictado una sentencia favorable, ante la negativa del Ministerio de Interior de que pudiera desarrollar ambas profesiones. El agente está destinado en el Centro Operativo de la Comandancia de Balears.

Reclamó su derecho a compatibilizar estos dos empleos, defendiendo que ambos eran compatibles. Se comprometió a seguir cumpliendo sus obligaciones dentro del cuerpo policial y aseguró que la otra actividad privada en nada iba a estar relacionada con su otro empleo. El funcionario tuvo que enfrentarse a la abogacía del Estado, porque se negaba a esta propuesta alegando, entre otras cosas, que estaba percibiendo un complemente específico que superaba el límite de sus retribuciones básicas.

No es habitual que estas peticiones se planteen ante los tribunales, pero no es la primera vez que un juez tiene que pronunciarse sobre el régimen de incompatibilidades de la Guardia Civil. La sentencia señala que la normativa es muy clara en cuanto a las actividades que no pueden desarrollar los agentes. Se ha analizado la lista y en ella no figura la profesión de graduado social. Sin embargo, tampoco figura en el listado de actividades que no son incompatibles. Ante esta situación los jueces han analizado si esta actividad profesional de graduado social puede impedir o menoscabar el "estricto cumplimiento de los deberes del funcionario" o puede comprometer su imparcialidad o independencia.

En este sentido, el tribunal concluye que el trabajo de graduado social no tiene porque afectar a la imparcialidad en su profesión de guardia civil.

También rechaza la sala la argumentación económica que alegaba la Administración para no conceder esta petición del funcionario. Los jueces han comprobado el complemento económico que recibe el guardia civil y consideran que no es motivo suficiente para que el Ministerio del Interior rechace la posibilidad de que pueda compatibilizar las dos profesiones.

El tribunal fija unos límites en el desarrollo de ambos empleos. Aceptan los jueces que compatibilice la actividad privada de graduado social con su profesión de funcionario de la Guardia Civil. Sin embargo, está obligado a cumplir con sus deberes como representante de la Benemérita, con respeto absoluto al horario que le impongan sus superiores en función del puesto de trabajo que desarrolle. También se le advierte que no puede trabajar como graduado social en asuntos que puedan inferir en los intereses de la Guardia Civil.