"El Rey es un enamorado de Mallorca, campechano y afable que cuando venía a la isla podía hacer la vida de una persona normal. Aquí era un hombre más". Con estas frases definen al monarca sus amigos mallorquines que han compartido tertulias y encuentros con Juan Carlos I en los veranos en nuestra isla. Sin embargo, todo cambió cuando a finales de los años 80 empezó a llegar la avalancha de prensa rosa. El monarca pasó de ir a merendar con sus compañeros, y sin escolta, a un bar de Palma a encuentros esporádicos y preparados.

El popular relaciones públicas del Club de Mar, Pepe Oliver, conoció a don Juan Carlos en los años 70, cuando todavía era príncipe. "No creo que se pueda decir que el Rey tenga amigos, pero la verdad es que yo siempre he tenido una buena relación con él. Cuando estaba en el Club de Mar venía con amigos e incluso se marchaba a merendar o a comer sin escolta. En Mallorca podía hacer una vida normal y pasar del todo desapercibido", relató el relaciones públicas. Oliver recuerda que con la llegada de la avalancha de periodistas todo cambió: "A finales de los años 80 ya no podía hacer las escapadas de antaño y tampoco visitaba las discotecas. Había muchos periodistas que lo vigilaban y tuvo que cambiar la manera de moverse en Mallorca. Pese a ello, yo he seguido teniendo contacto con él, entre otras cosas, porqué le gusta que le cuente algunos chistes".

Este cambio de hábitos del monarca y de toda la familia real fue otro de los aspectos que destacó el fotógrafo de Diario de Mallorca durante más de tres décadas, Joan Llompart (Torrelló). "Recuerdo -afirmó Torrelló- que en los años 70 éramos ocho fotógrafos e incluso nos dejaban entrar en los salones de Marivent y pasar a la piscina. Todo cambio en los 90, especialmente con la visita de Lady Di. En pocos años pasamos de los ocho periodistas a los 400. Antes, cuando íbamos a Marivent dejábamos el coche en el jardín y el Rey nos recibía. Después tuvimos que pasar hasta tres controles de seguridad y realizar sesiones de fotos por turnos".

El histórico fotógrafo mallorquín recuerda que don Juan Carlos siempre ha mostrado su lado más amable con la prensa. Habitualmente se dirigía a ellos y les hacía los típicos comentarios: "¿Qué cámara llevas?", "hace un tiempo magnífico" o "¿has podido hacer muchas fotos?". El Rey cada año se acercaba a un fotógrafo diferente mostrando su simpatía. "En un ocasión -relató Torrelló- a mí se me cayó la bolsa y rodaron por el suelo las cámaras, carretes y objetivos. Don Juan Carlos y el Príncipe me ayudaron a recoger todo mi material".

Josep Francesc Conrado de Villalonga, director de Microbank de La Caixa, conoce a don Juan Carlos desde la infancia. Su padre tenía una estrecha relación con don Juan de Borbón: "Desde que tenía 12 años y de forma habitual he tenido relación con él. Es una persona que tiene un don natural para la simpatía. Es muy cercano con la gente y cuando venía a Mallorca hacia gala de ello". El director de Microbank aseguró que la abdicación de don Juan Carlos es "una actitud que le honra". "Su reinado -añadió Conrado de Villalonga- ha sido magnífico, coincidiendo con el periodo de mayor progreso de nuestro país. Él se encargó de situar a Mallorca en el mundo con su sola presencia, por lo que siempre deberemos estarle agradecidos".

Seguidor del arte mallorquín

A don Juan Carlos le gusta contar con arte mallorquín. El galerista Pep Piña, máximo responsable de Pelaires, recordó como el monarca presumía de tener "artistas mallorquines" en sus aposentos. Esta afirmación la realizó un año cuando visitó la feria Arco y se paró en los estands de los galeristas de la isla. "El Rey siempre ha sido un gran embajador del arte y la cultura mallorquina", indicó Piña. De hecho, apuntan, que en el palacio de la Zarzuela cuenta con obras de Ramón Canet, Sirvent, María Carbonero, Menéndez Rojas o Guillem Nadal, entre otros pintores isleños.

El conocido galerista relató la relación de don Juan Carlos con la cultura isleña: "En 1990 vino a la inauguración de Pelaires y en otras ocasiones visitó nuestra galería. Siempre deberemos agradecerle su apuesta por el arte mallorquín, desde la exposición de Miró en sa Llonja" hasta la actualidad.

De igual modo, el pintor Menéndez Rojas contó algunas visitas del Rey a su estudio para comprar cuadros. "Es una persona muy afable y que te hace sentir muy cómodo cuando estás con él. Cuando venía al estudio le poníamos coca con verdura y sobrasada y disfrutaba de comer los productos mallorquines", apunta el artista isleño. No obstante, el pintor considera que "tendría que haber abdicado antes, ya que ahora existe un clima de incertidumbre en todo el país".

Los representantes del sector artístico apuntan que no se puede decir que el Rey fuera un gran entendido en arte, pero sí un entusiasta seguidor.

Otro relaciones públicas que tiene amistad con don Juan Carlos es Javier Escobar: "El Rey es un hombre muy generoso, muy cariñosa y un gran español. Hace que nos sintamos orgullosos de ser españoles". Escobar destaca su gran amor por Mallorca, aspecto que no se cansaba de comentar a sus amigos y allegados de la isla. El relaciones públicas relata una anécdota que demuestra su amabilidad: "Saludaba a todos los pescadores que estaban en los pantalanes del puerto de Palma con gran cariño".

Bromeando con su jubilación

Guillermo Soler, periodista de Diario de Mallorca que siguió a la familia real durante 25 años, revela algunas de sus conversaciones más curiosas con el monarca. "El verano de hace ocho años le comenté al Rey que estaba a punto de jubilarme. Contestó contrariado que él no podía jubilarse".

Soler llegó a entablar unos lazos de amistad con el monarca hasta el punto de que un día en Cala Nova, donde estaba amarrado el primer Fortuna, le espetó: "Guillermo, te encuentro hasta en la sopa". No obstante, esta buena relación con don Juan Carlos le sirvió para conseguir algunas exclusivas informativas relevantes para Diario de Mallorca. "Un día -relató- me enteré de que había salido a navegar con Adolfo Suárez cuando era presidente del Gobierno. Me planté en el puerto y cuando regresaron el Rey le dijo a Suárez que yo era de su total confianza y podía hablar con nosotros. Conseguimos una entrevista en exclusiva con Suárez hablando de la situación de España que estaba en pleno proceso de transición".

El histórico periodista mallorquín comentó que a don Juan Carlos le gusta asistir a algunos restaurantes como el Club de Mar o visitar el Port d´Andratx a degustar la gastronomía típica mallorquina. No obstante, con la llegada de la avalancha de la prensa rosa cambió sus hábitos y acudía a comidas en casas particulares de sus amigos en Mallorca. Así evitaba el acoso de la prensa.