"Lo que el Rey ha hecho por Balears no se compensa ni con un yate ni con tres", según defendió ayer el presidente de la patronal balear de constructores, Eduardo López, en referencia al regalo que empresarios y Govern realizaron al Monarca hace tres lustros y que supuso un desembolso de 18 millones de euros, aunque se estima que el coste real de la embarcación se aproximó a los 25 millones. El Rey anunció hace un año que renunciaba al uso de este ´Fortuna´, coincidiendo con uno de los momentos más bajos de su popularidad, lo que llevó a las empresas que lo financiaron, a través de la Fundación Turística y Cultural de las Islas Baleares (Fundatur), a reclamar que les fuera devuelto, un cambio de titularidad que se hizo efectivo este año y que ha supuesto que el yate haya sido rebautizado como ´Foners´. En estos momentos se encuentra amarrado en Port Adriano y el precio inicial que se ha fijado para su venta es de 10 millones de euros. La intención de la nueva propiedad es venderlo antes de que acabe el verano. La reivindicación empresarial de que el yate les fuera devuelto generó una apreciable polémica, dado que se había tratado de un regalo precisamente por considerar el enorme valor que ha tenido para el archipiélago el que la Familia Real eligiera Mallorca como punto para fijar su residencia estival.