El nuevo contrato de riesgo compartido suscrito entre el Servei de Salut y la Fundación Kovacs tiene como principal novedad, aparte de que la dotación económica que antes ascendía a un millón de euros anuales y que ahora se ha reducido hasta los 700.000 euros aproximadamente, que el IB-Salut paga una cantidad fija por la realización de todas las consultas sucesivas y la técnica de grapas necesarias durante un tiempo máximo de tres meses.

Tras este periodo, el paciente retorna a la sanidad pública donde su médico de cabecera puede optar entre tres decisiones: darle el alta, reenviarlo de nuevo a la Fundación Kovacs para que continúe con el tratamiento o, en caso de que no aprecie síntomas de mejora en el enfermo, el facultativo podría remitirle a otro recurso asistencial como una unidad del dolor, por ejemplo.

Así, a diferencia del contrato suscrito en marzo de 2011 con el por entonces director general del Servei de Salut, Josep Pomar, el paciente remitido a la Fundación Kovacs ya no queda como "rehén indefinido" de esta organización y debe retornar a los tres meses al sistema público para que se evalúe la bondad de la terapia de grapas en su dolencia de espalda.

"En todos los contratos anteriores, la Fundación Kovacs atendía al paciente hasta el alta clínica, con independencia del tiempo y del número de consultas, intervenciones y reintervenciones", confirmaron fuentes del Servei de Salut.

Desde este departamento incidieron en que los contratos de riesgo compartido consisten en que una parte de la contraprestación económica por la realización de la técnica está en función de los resultados obtenidos.

En el contrato de riesgo compartido se paga una parte fija por la realización de la técnica de neurorreflejoterapia y otra variable por la consecución de tres indicadores, a saber: un 50% por la mejoría clínica, un 30% por la reducción en el consumo de fármacos por parte del paciente y un 20% por la cantidad de cirugía de columna vertebral que se evite al Servei de Salut.

"En función de los resultados obtenidos en estos tres apartados, la Fundación Kovacs recibe el cien por cien del precio pactado o el porcentaje correspondiente según el grado de cumplimiento y de la ponderación de cada uno de los tres apartados", aclararon desde el Servei de Salut.

Tal y como informó recientemente DIARIO de MALLORCA, los pacientes que el IB-Salut deriva a la Fundación Kovacs han mermado un 20% en los últimos cuatro años. Así, frente a los 1.767 enfermos derivados en 2010, el pasado año la cifra se redujo hasta los 1.411.

Preguntado sobre cuál cree que puede ser la causa de esta disminución de derivaciones -los médicos de cabecera son los únicos profesionales sanitarios autorizados a hacerlo-, el Servei de Salut respondió genéricamente que "la indicación de la NRT la realizan los médicos de familia en función del estado del paciente, de los tratamientos previos, de la patología de base y de la conformidad del paciente. Existen factores diferenciales que pueden afectar por la amplia variabilidad de motivos clínicos y personales del paciente". Lo que está claro es que no se puede atribuir al nuevo contrato de riesgo compartido, que data de diciembre de 2013.