En la oposición de PSIB y Més coinciden en cuestionar los criterios con los que se adjudica sistemáticamente dinero a la Fundación Kovacs en Balears, pese a que su técnica de neurorreflejoterapia [las grapas] no está entre las que respalda el Servicio Nacional de Salud, y ha sido rechazada por su elevado coste y la escasa eficacia testada en comunidades que llegaron a probarla, como Murcia y Madrid. El propio Vicenç Thomàs, que en su etapa de conseller llegó a firmar convenios con Kovacs, "aunque incluyendo por primera vez requisitos como el de responsabilidad compartida" entre la fundación y el IB Salut, asegura que la razón por la que se renuevan los convenios con Kovacs es "política": "Él siempre juega por dos vías. Lo intenta por la técnica y científica, y también por la política. Recuerdo que en 2001, cuando yo era director general de Formación, hubo un proceso en el que Kovacs, cuando la ministra de Sanidad era Ana Pastor (PP), intentó que el Sistema Nacional de Salud incluyese sus técnicas en la categoría de "uso tutelado", que es cuando no hay evidencia clínica de su eficacia, pero se prueba en la sanidad pública con el respaldo de la Administración. Pero el sistema Nacional de Salud le negó eso también. Así que el busca siempre caminos en los que la cuestión política supera la evidencia clínica. Los lazos del padre de Kovacs con el Rey son importantes, y emplea eso en la presión política para conseguirlo [los convenios millonarios con gobiernos de todos los colores]. Pienso por ello que la solución a este tipo de situaciones es que solo se financie con dinero público lo que tenga eficacia y esté por ello dentro de la cartera del Sistema Nacional de Salud".