­

No hay monjas de clausura más mediáticas que ella. ¿Cómo puede ser? "Mi claustro es el mundo", dice siempre sor Lucía Caram (1966, Tucumán), mentando así también el título del libro que ayer presentó en la sede del Club DIARIO de MALLORCA. No hubo asientos en el club ni aparcamientos suficientes en el Polígono de Llevant para todos los que se acercaron a escuchar a esta monja activa, reivindicativa, ´tuitera´, culé y sin pelos en la lengua que recibió al público diciendo que su corazón era como el de todos: "Un corazón indignado y que se siente estafado y a veces triste".

"Dios no solo está en la oración y el silencio, que está bien para procesar; Dios está en el contacto con la gente, y eso se ve sobre todo en la crisis. Si el mensaje del evangelio tiene fuerza es en este mundo", argumenta sor Lucía, que en su perfil de Twitter ya advierte de que la tachan de "inquieta e inquietante" (o directamente de "monja cojonera", dice riendo). ¿Por qué? "Inquieto porque no tengo nada que perder, tengo incontinencia verbal y movilizo a la gente y esto incomoda a la Institución, a los de vida muy acomodada y al Gobierno, porque le digo que miente cuando dice que todo está yendo mejor, que estamos saliendo de la crisis, que los datos de Cáritas son mentira".

Le hierve la sangre al oír estas mentiras del Gobierno de Mariano Rajoy, al que considera "un mediocre" que "nos toma el pelo" al decir cosas como que "que en 2015 estaremos mejor que en Alemania" o que los jóvenes emigran "para perfeccionar el idioma". Por eso entiende perfectamente que las elecciones europeas "les hayan pasado factura".

"Éramos borregos"

Considera que hasta ahora "éramos borregos que votábamos cada cuatro años, pero nos han tocado tanto la dignidad y se nos ha acercado tanto la pobreza, que hemos reaccionado". Concluye que hay que reventar el bipartidismo y el sistema: "El cambio no vendrá de arriba, somos nosotros los que tenemos que reventar el sistema por las costuras pacíficamente". Esto es, "creando alternativas, arremangándonos y trabajando".

Su tono rotundo puede sorprender, pero es que "el coste humano es muy elevado y no puedes ir con medias tintas", apunta para citar a continuación a uno de sus referentes, el obsipo Pere Casáldaliga: "Mi vida son mis causas y mis causas valen más que mi vida".

El mail de Podemos

Respecto a Podemos, matiza que no se ha leído su programa pero comprende que haya surgido con fuerza ya que "recoge la indignación de los ciudadanos". No oculta que esta formación se ha puesto en contacto con ella al entender que defienden ideas similares y Pablo Iglesias, quien cree que "es honesto y ningún tonto", le ha tirado los tejos enviándole su móvil por Twitter para quedar. Lamenta que ahora "le estén linchando en la tele como un terrorista".

A pesar de estas declaraciones Sor Lucía no quiere meterse en partidos porque perdería "mucha libertad". Aún así argumenta que sí hace política porque es "algo demasiado importante como para dejarla en manos de los políticos" y porque "toda opción que hacemos en sociedad es política". Cree que la Iglesia "también tiene que hacer una opción política, por la causa de la gente".

La monja reparte para todos. Y critica también al PSOE, "que no ha ofrecido una alternativa válida". Cree que Rubalcaba se tendría que haber ido antes: "Como Rouco Varela, los dos estaban más que amortizados".

View the story "Sor Lucía Caram, en el Club" on Storify

Residente en Cataluña desde hace varios años (y hablando un catalán que camufla totalmente sus orígenes argentinos), defiende que se pueda celebrar la consulta independentista, un proceso para el que cree que "no hay marcha atrás" y que no es cosa "de cuatro locos". Opina que "si el Gobierno central sigue negándose a escuchar habrá que pedirle respuestas de lo que pueda pasar después, ¿qué pecado hay en escuchar?". Sentencia: "El Gobierno de Rajoy es una fábrica de independentistas". No está de acuerdo con todo lo que ha hecho Artur Más, como los recortes sociales (y eso lo vive en primera persona en el comedor social en el que atiende a centenares de familias), pero lo defendió cuando se le acusó de corrupción porque "es honesto". Y lo defiende porque cree que no es independentista y se ha visto "abocado" a impulsar el proceso de la consulta porque es lo que le pedía el pueblo.

El papa Francisco: "Un tsunami"

Su vertiente combativa y sus opiniones sobre los anticonceptivos y otros temas como las uniones homosexuales no son las habituales en la Iglesia y admite que durante años ha sido censurada. Todo ha cambiado con la llegada del Papa Francisco, "un tsunami" que "les ha pillado con el pie cambiado" y que ella cree que propiciará "una primavera eclesial": "Hemos vivido una Iglesia con aduaneros de la fe, yo he sido víctima. Ahora es el momento de la concordia".

El Papa habla mucho, ¿hace tanto como dice? "Lo suyo no es marketing, ha demostrado tolerancia cero con la pederastia; cuando le preguntan por la homosexualidad dice que quién es él para juzgar; el año que viene habrá un sínodo para la familia, consultando sobre temas como el preservativo no solo a los obispos, sino a la gente". Defiende al Papa ya que "hará preguntas y luego preparará respuestas" y porque "mete el dedo en la llaga y rompe tabús: es un gran paso". Pone ejemplos, como que haya llamado criminales a los que venden armas -"Supongo que Rajoy se debe haber sentido aludido", deja caer- ; sus viajes y declaraciones en Palestina y en Lampedusa; el encuentro de líderes que propició ante un posible ataque de EEUU a Siria; y el mensaje que ha lanzado a algunos obispos: "Que si quieren trepar, hagan alpinismo fuera de la Iglesia".

En el contexto actual, entiende que la gente "esté desencantada de la Iglesia" y cita de nuevo a Casaldáliga: "Es muy difícil ser cristiano dentro de la Iglesia". Confirma también que existe un cristianismo hipócrita, de ir a misa y punto cuando lo que hay que hacer es "vivir la fe y celebrarla y asumir un compromiso". Sor Lucía tiene claro su compromiso: "Estoy enamorada de la humanidad y me he puesto la camiseta del trabajo con los más pobres, la de Jesús".