El caso Nóos, gracias al criterio marcado por el Tribunal Superior de Justicia de Valencia, arrastra importantes contradiciones: los máximos responsables políticos valencianos de la concesión de fondos públicos a Iñaki Urdangarin están exculpados, mientras los cargos de segundo nivel aparecen imputados.

En Palma Jaume Matas, en su calidad de expresident del Govern que firmó los contratos con el Instituto Nóos está encausado y será acusado; mientras que Rita Barberá, alcaldesa de Valencia, y Francisco Camps, expresident de la Generalitat de Valencia, tienen la condición de testigos, pese a haber pagado varios millones de euros a Urdangarin.

Es evidente que Alfonso Grau cumplía órdenes de arriba, de la alcaldesa y del president de la Generalitat, encantados de que el yerno del Rey organizara saraos en Valencia y posara con ellos. Ah, las imágenes.

En Palma y Valencia la consigna fue similar: a Urdangarin lo que quiera y que se lo gaste como le plazca.

A partir de ahí corrieron los millones sin ningún tipo de control y durante años. Iñaki Urdangarin y su examigo Diego Torres se espabilaron para que un buen chorro de euros públicos acabara en sus bolsillos.

Ahora, mientras Francisco Camps se burla de la inteligencia ajena testificando por escrito, Grau es imputado. Seguro que el primer teniente de alcalde, o vicealcalde (que suena a más importante), no reconocerá nunca que se limitó a cumplir los deseos de la alcaldesa. Grau dirá que todo fue fabuloso.