"O sea, que como que a mí no me parece bien que un comercio haga un descuento sobre el precio de un producto por el hecho de que el perceptor tenga una ideología determinada, y en consecuencia decido no comprar en este comercio, la señora Cabrer me puede calificarme como nazi. No parece que sea una licenciada en Derecho", se quejaba un lector ante las palabras de la portavoz del PP balear en el Parlament, Mabel Cabrer, que acusó a PSOE y MÉS de "nazis" por criticar la 'Targeta Blava' que ofrece descuentos en comercios a los militantes del PP.

Las críticas por las palabras de Cabrer fueron una constante en los comentarios a la noticia publicada en la web de DIARIO de MALLORCA: "Definitivamente, esta señora no sabe lo que dice. Habla de libertad: ¿quizá no tenemos la libertad de comprar dónde queramos? ¿Acaso no podemos decidir dejar de comprar en los establecimientos que se hayan apuntado a su lista?", se preguntaba uno de ellos, una opinión compartida por otros: "Sra. Cabrer, espero que tenga el mismo respeto hacia los ciudadanos que desean de ejercer la libertad de ir a comprar donde les plazca".

"La incombustible Mabel Cabrer, superviviente del Govern más corrupto de la historia de Baleares, responsable del único metro acuático del mundo que se construyó con un sobrecoste de antología e incondicional palmera de Jaume Matas, entre otras cosas, se permite llamar nazis a los que, ejerciendo nuestro libre derecho de comprar donde queramos, trivializando el terrible sufrimiento de los pueblos judío y gitano y también el de los cientos de miles de izquierdistas alemanes", afirmaba otro lector, que pedía a la portavoz parlamentaria del PP que "pida disculpas y dimita de una vez".

"Que la miembro de un gobierno con mayoría absoluta y con una máquina de hacer decretos se pregunte si vivimos en una dictadura dice mucho del cerebro que tiene", afirmaba un lector, mientras otro opinaba que "quién más podría criticar la 'Targeta Blava' son los votantes del PP que no están afiliados y no pueden disfrutar de los descuentos. Si yo votase al PP sin estar afiliado, me sentiría defraudado, ignorado, marginado y despreciado".