Los afanes de los hermanos Ana, Miguel y Marco Tejeiro en la actualidad son salir exculpados del caso Nóos, lo antes posible. Por el contrario, el juez José Castro sostiene que entre 2003 y 2009 este famoso trío (que como los mosqueteros en realidad eran cuatro, puesto que Luis Tejeiro también está imputado) se dedicó con brío a sacar fondos del Instituto Nóos que no podía repartir beneficios entre sus dirigentes Diego Torres e Iñaki Urdangarin.

Según el magistrado, los hermanos se dedicaron sistemáticamente a vaciar las cuentas del Instituto Nóos, usando una serie de sociedades que simulaban prestar servicios o hacer trabajos para el primero.

También emplearon un montón de tretas de expertos tributarios para que todas las entidades del grupo pagasen menos impuestos.

Los tres imputados habrían asumido, con sobresaliente, el lema de Urdangarin y Torres: "Todo por la pasta".

Los correos electrónicos y otros documentos intervenidos a la trama revelan con claridad esa filosofía. El segundo escalón de Nóos no estaba preocupado por fomentar la cohesión de la sociedad o la paz en el mundo, quería más y más ganancias.

A menos impuestos más beneficios, con lo que buena parte del trabajo de estos expertos consistía en mover peones para que las declaraciones salieran más ventajosas.

Diego Torres, como buen caballero, se ha desgañitado pregonando la inocencia de su mujer, a la que quiere salvar a toda costa. El juez parece que no ha hecho mucho caso a esos alegatos.